Un hombre libre por fin...
Propuesta de trabajo:
Sales de la cama, caminas hacia el baño y al mirarte en el espejo tu reflejo, tu cara, no tiene nada que ver con la vida que llevabas, con la cara que viste en ese mismo espejo antes de acostarte.
Eche salió de la cama y fue a mirarse con desgana en el espejo. Se había encontrado que su ¿conato de novia,follamiga? Leticia había colgado una foto en el perfil de Facebook enrollándose con otro. Lo había mirado de reojo para evitar un ataque de angustia,puso un gesto de asco pero le daba igual. Sabía que algún día tendría que ocurrir,sabía cómo era,al fin y al cabo solo estaba con ella por desahogarse y para no estar completamente solo. Se peinaba sin apenas querer mirarse a la cara.
Mientras se afeitaba sin importarle cortarse con la cuchilla usada, empezó a reflexionar lo que había sido su vida. Por una parte,siempre planteando proyectos que estaban muy por encima de sus posibilidades por los que no movía un dedo. Y después la realidad, en donde no era capaz de enfrentarse a nadie,ni rematar nada sólido. Ni un buen trabajo,ni una familia,nada.
Quería una pareja seria,quería amigos de verdad,quería un trabajo que tuviera alguna trascendencia para él,incluso cuando fuera un trabajo mucho más duro.
Tenía una edad y este tipo de vida le desestabilizaba y era un mal negocio. Quiero construir algo sólido por una vez-se repetía-. Cogió el coche para ir al trabajo e iba por la autopista viendo como aterrizaban y despegaban aviones del Aeropuerto de Gando como buitres. Se imaginaba a los turistas de vuelta en el Norte de Europa teniendo que ir al trabajo obsesionados con mucho frío y nieve y sin apenas salir de casa. Les envidiaba.
Había pedido un traslado en su empresa multinacional a donde fuera y le había tocado una ciudad de mala muerte de Polonia. Quería anular la petición después de lo del Facebook pero ya era demasiado tarde. Entonces sí le dio un ataque de angustia al pensar que tendría que ir solo de verdad a un país cuyo idioma no hablaba mientras la secretaría le repetía -¿qué edad tienes? sé un poco serio en la vida. Y Eche se sonrió de oreja a oreja mecánicamente.
Eche se pasó sonriendo infantilmente todo el día,no sabía responder a nada. Vivía solo y no solía hacer ni las tareas de la casa como para irse a un país extranjero. Llegó al piso por la tarde y en vez de pensar lo que era inevitable en su soledad, se puso a ver la tele cuatro horas. Cuando ya no podía más en un arrebato aprovechando la publicidad(solo podía apagarla en estos arrebatos durante la publicidad), fue al baño con su rostro paralizado frente al espejo mientras se cepillaba con el cepillo eléctrico.
Y de pronto soltó otra carcajada desesperada,y dijo: ¡a ver cómo te comportas,con dos cojones!.¡Con dos putos cojones!. Y rió como un preso sale tras mucho tiempo en prisión y ve asombrado la belleza del paisaje árido.
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