Alicia atraída por la madriguera

Alicia atraída por la madriguera

lunes, 4 de septiembre de 2017

Cómo conseguir que un cajero automático no te haga sentir imbécil

La vida es hermosa.En Canarias la vida es fácil y hasta mullida,piensa uno mientras ve como brilla el sol en la calle, y como las personas visten de forma veraniega sus cuerpos morenos de la playa...la carnalidad de la piel y el humor relajado de la gente.Hasta que empieza el infierno de las obligaciones, entonces el sol se nubla y hasta la carbonilla de los coches recuerdan de lejos a las chimeneas lejanas echan un humo negro que produce terror.

Y entonces te das cuenta que B... ha facilitado cajas automáticas de pago en plena calle para que puedas pagar tus facturas cómodamente.

Como el lenguaje técnico usado es peculiar el secreto es ponerse en la fila cerca de quien esta haciendo algo. Si es una chica joven mejor que si es una mayor porque será más lenta y no te podrás alegrar tanto la vista y ofrecerte a ayudarla si ves que se frena.

La chica posiblemente para pagar una matrícula universitaria o algo parecido te mira con ojos asustados y tú te acercas inmediatamente. Lo bueno es que como ella no se va a enterar de nada,tú puedes quedar de inteligente mientras ella queda un poco de "tonta",y encima aprendes de los errores de ambos en el causa -efecto. Lo que supone una inyección de autoestima si en el verano has leído 50 páginas de Javier Marías y su esfuerzo esnob de demostrar al lector que es un ignorante por no identificar un verso de Shakespeare en la página 36 de su novela.

La chica lo tercero que te dirá después de agradecerte la ayuda, es una frase tipo "sí es que mi novio esta buscando aparcamiento por aquí", para que sepas tiene novio,lo que te hará sonreír porque aún te parece entrañable que tenga miedo de que vas intentar ligártela en el cajero o de que puedes ser un violador en potencia.

El primer truco es el lenguaje: por ejemplo tú no ingresas,eso suena generoso, tú pagas un recibo(el banco no tiene esos detalles de cortesía,y remarca quién debe pagar). La chica que efectivamente paga una matrícula de Universidad,consigue gracias a mí superar el primer obstáculo.

Ya las leyendas órficas recuerdan que el segundo obstáculo es imposible superar sin ayuda: es que el lector del cajero lea el código de barras que tiene tu matrícula. El lector del código de barras siempre estar estropeado en el período en que se usa o sea al final del verano o a principios de cada mes y así el trabajador de la sucursal se puede sonreír en tu cara cuando ves que pagas tu factura el último día en el último momento, mientras mueve la cabeza de un lado para otro como diciendo "¿por qué la gente es así?".

Para que el lector lea bien el código hace falta cierto grado de inclinación y distancia,que aunque parece fácil a priori no se consigue nunca,a no ser que uno tenga prácticas de contorsionista. Venga arriba arriba,no hombre inclínalo a la derecha un poco más a la derecha que no que a la izquierda,que te pasaste,que no que no, déjalo que no te enteras,bah déjalo ya.

Entonces como uno no quiere caer en la indignidad de entrar y pedir ayuda a uno de los trabajadores del banco, propone hacerlo manualmente.

Hacerlo manualmente supone igual de dificultad porque los términos utilizados son muy parecidos: Nº de referencia,emisora-sufijo o identificación y como los nombres a veces coinciden y a veces no, uno pone la cifra que coincida en la cantidad de números, si hay un espacio de 6 números pone la única cifra de 6 números. El siguiente obstáculo es que el teclado se bloquea,y no sabes cómo desbloquearlo.

Así que o no haces nada o dentro de un momento te pones a apretar el botón de Continuar y después como no funciona el de Corregir hasta que el Cajero te dice que como has sobrepasado el tiempo permitido "el trámite del pago queda anulado". La chica roja se ríe abochornada y nerviosa,pero ya da igual,porque hemos entendido la lógica siniestra del cajero automático de barrio.

Ya hay varios personas en la fila en plena calle molestando a las mujeres que cargan bolsas saliendo de la tiendas, repitiendo esa invocación sagrada a los misterios del arcano profundo de la etcnología y del cansancio en diferentes tonos de voz: chacho,chacho,chacho,joder.

Se repite el ejercicio y se hace en dos minutos a pesar del lenguaje técnico, de comprobar número a número la cifra y de que al teclado le cueste escribir cada número. La chica hace el proceso y por supuesto espera a recibir el recibo de la factura como pagada que tarda un poco para darle mayor tensión de si tiene tinta o no la tiene.

Tras un minuto se abre la ranura y sale el papel tintado. Hay un alivio general en la fila y el vendedor de cupones en la esquina se ríe sin fuerzas pensando "qué pringaos".

La chica sale corriendo y te da las gracias de espaldas para que no flirtees con ella,(lo que me recuerda como cuando los vikingos llegaban a la costa y los monjes huían abandonando el Monasterio y dejando allí todo los tesoros).

Y lo más importante, tú sólo tú,en esa fila de futuros presidiarios del Cajero, ya sabes todos los obstáculos del Cajero para sortearlos,o sea para siempre el misterio de los secretos órficos que solo puedes usar una vez al mes en ese Banco en concreto y solo en ese banco.

Y así como si dominaras el tema bien erguido te pones seguro a teclear en tu querido cajero.

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