Hay narradores llenos de genio narrativo que es imposible que hayan creado su Universo cerrados en un cuarto,están llenos de detalles de vida pero se niegan a profundizar quizá por una falta de masoquismo en las profundidades arcanas del Hombre.
Hay una escena brutal en "En Picado" de Nick Hornby en que Jess una jovencita impertinente le dice a Maureen una madre que cuida a un hijo con discapacidad grave y con evidentes signos de trastorno depresivo que seguro que se la tienen que follar haciendo el trenecito para no mirarla a la cara y así una serie de crueldades esclarecedoras, hasta que la sacan a la calle para que se calme.
En la serie española "La que se Avecina" hay constantes escenas de este tipo cuyo humor oculta una carga mucho mayor. Solo cuando uno la ve anestesiado a la cuarta o la quinta vez uno siente el grado de humillación y crueldad que oculta ese humor que no profundiza. Este tipo de narrativa aunque de tono vitalista,siempre ocupa un segundo orden en el canon literario a pesar de la riqueza de detalles y de psicología que tiene e incluso se la llama narrativa ligera o de verano.
Dostoieski,Shakespeare o Dickens son esos autores que consiguieron una masa insólita de lectores,pero Shakespeare ofrecía mundos insólitos y paradisíacos y Dickens tenía un humor sano de carcajada, mientras la ironía dostoieskana no solo tiene un punto de amargura sino que además es autobiográfica y debía ser catártica para muchos lectores.
Dostoieski mismo solo hubiese entendido un personaje como el de Maureen si ella odiara a su hijo discapacitado y a su vez sintiera la obligación de curarlo porque se sintiera de alguna manera culpable.Por ejemplo,aunque todos reconocemos que "Memorias del Subsuelo" es una obra estremecedoramente superior a años luz de las anteriores en profundidad y foco, no tiene ni de lejos tanta vida y verdad humana aunque sea superficial.
Lo más increíble es que a pesar del sufrimiento que había página tras página a Dostoieski se le leía mucho: los funcionarios rusos,los militares o incluso las mujeres se leían retratados en personas masoquistas,taciturnos y profundos desde la impotencia.Lo más increíble es que no se leía por ser culto,aunque sí hubiese un prurito de ser profundo. Hoy en día a un ingeniero le daría igual leer para llamarse culto y nos ignoraría con algo.
Cuando Schopenhauer hablaba de los burgueses que leían para ser cultifilisteos y por aparentar ser cultos,nosotros no sentimos asco sino aprecio tuvieran o no cultura real. Hoy en día la cultura del entretenimiento que es la del absoluto entretenimiento superficial ha llenado a la mayoría,y no solo porque la "alta" cultura sea aburrida,deprimente o antivital.
Lo más lógico pero increíble es que se valora más el espíritu analítico y masoquista de Dostoieski, pero no ese realismo meticuloso de Nick Hornby que es caleidoscópico(y por tanto me parece impropio llamarlo costumbrista), se desprecia por inmediato y sencillo,cuando es el único tratamiento de situaciones dolorosas que el público acepta.
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