Mientras ÁNGELA MERKEL orbita desde otro despacho el mundo
Son las 6.00 de la mañana
y desde mi balcón he visto de lejos
a una prostituta de Frankfurt que va a trabajar
como un monje que no pide explicaciones.
El motor de un compresor hace un ruido insoportable,
me aprietan los ojos.
Y yo que esperaba ansioso su noticia
lamento que el locutor de radio
no corrigiera la errata a tiempo
y la corrijo mintiendo yo mismo
haciéndole mentir con descaro.
¿Qué sabrán en Franfkurt sus familiares
de cómo se vive en Gran Canaria?...
Cuántas cosas estúpidas amamos
por no darnos importancia.
Amar nos cura del ansia de no haber vivido.
Y cuándo un niño dice
por qué hablan siempre de la Consulta de Cataluña
y nadie habla de mí, nos reímos.
Y cuántas cosas importantes las despreciamos
por considerarlas obvias.
Mañana los gritos del derbi en el bar
borrarán las banderas de este combate duro.
Y no nos atrevemos a expresarlas
porque el lenguaje es inmaduro.
Una mujer de 30 años que quiere ser madre
no se dará importancia pero es la única
que entiende mi código.
Y yo recuerdo como brillan los árboles
y los edificios de luz los recuerdos que no tengo.
Y el ansia de recuerdos de las madres
-antigüas conocidas- que no me recuerdan.
A lo lejos se amontona chatarra en el puerto
para los petroleros y en honor a los dioses.
Y destupen las alcantarillas unos trabajadores
como si amansaran un toro rabioso.
Desfiles hacia el horizonte sin apaches a la vista.
El fondo del lago no ve ya las sombras
Ni la distorsión de las sombras.
Ve la luz y la distorsión de la luz
Y la acepta sin juicios ni demora.
Yo era la orilla del sueño que por fin
Se olvidó de deshacerse del agua.
Y sufrí esperando no ser correspondido
Como bajo el sol salamandras.
Y soy el asesino cansado de remordimientos
Y que explica sus causas sin avergonzarse
Sin necesidad de que nadie le exija un perdón.
Sólo hay un ansia de la gota de agua
De no ser gota ni sentirse algo distinto
Al agua fastidiosa agua.
YA no hay nada que negar
Salvo al ansia por los chantajes
de la belleza Y de la gloria
que no ve el perro en los paisajes.
¡Qué libre es, sin dudas!
Vivir como las olas que no saben
Que uno más uno son dos
Es otro prejuicio. En ellas nada cabe.
El niño mira con angustia el reloj en la clase
Para marcharse pero tiene ansia de amor
Del amor que hay en él.
Amor en el dar martillazos con dureza
O cuando la cosechadora echa el trigo
En el remolque y tú con la pala
Tienes que ir reordenando el trigo.
Hay amor en todo y en todo hay orden
No hace falta parar el mundo ni perdonar.
La lámpara me agota la cabeza pero lo veo.
Hay que saber que todas las calles sucias y vacías
Tienen un amanecer y abrirán sus tiendas.
Todo avanza hasta los coches estando en rojo.
Sólo falta el amor cuando te preguntas
¿Qué será de mí, despierta ferro?
¿Qué recompensa habrá para mí
Después de tanto sufrimiento?.
Vivir. En el ruido del motor de los coches
Y los seguritas de los palacios
Que hablan de sus recortes del sueldo.
Vivir como una ráfaga del aroma
De plantas que uno desconoce
O de una tarjeta sin gozne.
El fondo del lago no ve las sombras.
Sólo el tiempo es duro y no puede querer ser
Nada distinto de la roca dura que es.
Sólo el tiempo es real en las fotos.
El tiempo es real en los recuerdos.
El agua no se plantea ser agua y lo inunda todo
Sólo nosotros queremos ser nombres
Y eso está bien y nadie lo niega.
Y ¿POR QUÉ BUSCAS RECOMPENSAS
A TU DEBILIDAD EN LAS NOCHES?
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