Alicia atraída por la madriguera

Alicia atraída por la madriguera

viernes, 28 de enero de 2022

A la que no me tronó.

(Con la música de AC/DC - THUNDERSTRUCK). Truenos. De este hueco inútil ten piedad, las espaldas del desprecio rumbrieron mis rosas sin precio. Trabajé duro y no hay más nadie en fotos me soñará. ¿Por qué el ángel me ignorará? mi voz en la estatua estará. No besé el fondo marino tu oro sin luz ni camino buscaba carne en qué brillar. Truenos. Me chantajea hueco otro placer y el sueño que no podré hacer. No el hedor de la flor mustia ni la mina de la angustia donde herrumbra dura mi piel. Falsa calleja al infierno me sangran agrias las manos, no les pagué a los tacaños odio el bastón de los memos das asco y te echo de menos. Truenos. No volví ágil de la muerte no mentí para con suerte salvarme de la condena. De las mentiras con pena no me defendí,catéter. De mi vómito emborraché con gusto hasta ya no saber. Lo llamé trabajo duro. La muerte remuerde puro el laberinto del placer.

domingo, 16 de enero de 2022

Canción triste de calima.

Rumiando rumiando en paz con los éxitos ajenos no siento el tiempo pasar. Siento al niño llorar y te echo de menos sin poderte nombrar. De otro a otro polvo solo el ojo quedará cuando no haya rostro. (Las mates nunca matarán una tirada de dados ni callará al azar). ¿En qué mar los labios al fin se besarán sin nadie eterno al lado? La rama rabiosa y gastada como si quisiera escapar pregunta si aún me amas. Si me extraña o me engaña solo ella lo sabrá. Muerde, recuerda, nada.

viernes, 14 de enero de 2022

YA SE NOTA AL TERRATENIENTE EL RON DE LA ROMERÍA.

No hay máyor placer zánganos que comer unos plátanos de la Palma y sin rubor unos chorizos de Teror o morcillas de rábanos. Tirar tejos a un escote meterse roto en el porche que crees que es el teatro, y en el calabozo un rato para que el brandy se pose. El robar tierra y malvender pa que el Tribunal pueda creer que fue hecho ágil sin intención. El turismo y la construcción te darán votos pa comer. Disfrazado así de preso a la rival le da un beso prometiendo su patraña. Rechinando no se extraña quien busca curro o algo de eso.

jueves, 13 de enero de 2022

Le ofrezco un mal negocio.

Se vende un Sabio de uso. Delinque y es un buen pringado, y aunque ha sido abusado apuesta a que no será abuso. ni el precio sea el acordado. Con ronchas en la garganta, ni la puta hueca le aguanta si habla del paso del tiempo. Raspa oficios a destiempo su público le atraganta. Cada billete en mi mano cardo que sangra si aprieto, como si arrancara siento raíz al tiempo en verano. La puñalada del hermano con su brillo no me inmuta, ni este tiro hueco en la nuca. Robos fraudes y pidiendo el mundo se asquea si quiebro al Sabio para otra tunda. -¿Qué alto tema trata idiota? -Lo que se muere sin sentir, la conciencia que engaña así. - Vaya cogorza más loca, vas a picar esta roca hasta tu boca reventar. —¿Con eso en qué le voy a ayudar? - Si te pego haré amigos que te acusen por testigos y entonces sí podrás cantar. Si no das hueco dinero gallina eres sin un huevo que me sirvas para pagar. Y aunque te tenga que matar no rendirás nada nuevo. - Mártir inútil del vino tu puñal de fina treta para la estafa con jeta gruesa suela es del camino ¿por qué sigue su destino? "Estudie que un lápiz mi hijo pesa menos que una pala", y el brandy a eructos remata con ese meñique altivo. Las costillas sin recibo con el placer que le agota, no le queda ni una gota que dé a su vida sentido. ¿Qué será de lo vivido ni hay en la gota remota? Seduce la cara ropa, al que el insulto no arropa en la gloria de noche, y al que cuida al derroche, bebiendo a solas su copa. Si muere en portazos la luz. Romperé mis dientes en cruz al que vivió el desprecio, muera lo que tenga precio cuando en las cosas quedes tú.

miércoles, 12 de enero de 2022

William Faulkner

(William Falkner; New Albany, Estados Unidos, 1897 - Oxford, id., 1962) Escritor estadounidense. William Faulkner figura entre los grandes novelistas que, en el periodo de entreguerras, impulsó con su obra la renovación de las técnicas narrativas y la superación de las tendencias realistas y naturalistas de la centuria anterior. Por la relevancia de su producción y la influencia que había de ejercer, se le sitúa al mismo nivel de los maestros europeos del periodo: Marcel Proust, Franz Kafka y James Joyce. (William Faulkner en una imagen de 1954) Pertenecía a una familia tradicional y sudista, marcada por los recuerdos de la guerra de Secesión, sobre todo por la figura de su bisabuelo, el coronel William Clark Falkner, personaje romántico y autor de una novela de éxito efímero. En Oxford, la escasa atención que prestaba Faulkner a sus estudios y al puesto que le consiguió su familia en Correos anduvo paralela a su avidez lectora, bajo la guía de un amigo de la familia, el abogado Phil Stone. A pesar de que su vida transcurrió en su mayor parte en el Sur, que le serviría de inspiración literaria casi inagotable, viajó bastante: conocía perfectamente ciudades como Los Ángeles, Nueva Orleans, Nueva York o Toronto y vivió casi cinco años en París, donde cabe destacar que no frecuentó los círculos literarios de la llamada Generación Perdida. Perseguía muy conscientemente el éxito literario, que no alcanzó, sin embargo, hasta la publicación de El ruido y la furia (1929), novela de marcado tono experimental en que la anécdota es narrada por cuatro voces distintas (entre ellas la de un retrasado mental), siguiendo la técnica del «torrente de conciencia», es decir, la presentación directa de los pensamientos que aparecen en la mente antes de su estructuración racional. El experimentalismo de Faulkner siguió apareciendo en sus siguientes novelas: en ¡Absalón, Absalón! (1936), la estructura temporal del relato se convierte en laberíntica, al seguir el hilo de la conversación o del recuerdo, en lugar de la linealidad de la narración tradicional, mientras que Las palmeras salvajes (1939) es una novela única formada por dos novelas, con los capítulos intercalados, de modo que se establece entre ellas un juego de ecos e ironías nunca cerrado por sus lectores ni por los críticos. El mito presenta a William Faulkner como un escritor compulsivo, que trabajaba de noche y en largas sesiones, mito que cultivó él mismo y que encuentra su mejor reflejo en su personalísimo estilo, construido a partir de frases extensas y atropelladas, de gran barroquismo y potencia expresiva, que fue criticado en ocasiones por su carácter excesivo, pero a cuya fascinación es difícil sustraerse y que se impuso finalmente a los críticos. A pesar de haber conseguido el reconocimiento en vida, e incluso relativamente joven, Faulkner vivió muchos años sumido en un alcoholismo destructivo. La publicación, en 1950, de sus Narraciones completas, unida al Premio Nobel que recibió ese mismo año, le dio el espaldarazo definitivo que necesitaba para ser aceptado, en su propio país, como el gran escritor que era. Su existencia cambió a partir de este momento: recibió numerosos honores, escribió guiones de cine para productoras cinematográficas de Hollywood (trabajo que aceptaba principalmente por motivos económicos, dado su elevado ritmo de gasto) y se convirtió, en suma, en un hombre público, e incluso fue nombrado embajador itinerante por el presidente Eisenhower. Los últimos años de su vida, que transcurrieron entre conferencias, colaboraciones con el director de cine Howard Hawks, viajes, relaciones sentimentales efímeras y curas de desintoxicación, dan la impresión de una angustia creciente y nunca resuelta. «No se escapa al Sur, uno no se cura de su pasado», dice uno de los personajes de El ruido y la furia, y, en efecto, el escenario de la mayoría de sus novelas es el imaginario condado sureño de Yoknapatawpha, cuyas connotaciones y poder simbólico le confieren un aura casi bíblica. En este sentido, la obra de Faulkner debe ser contemplada como un todo, en la medida en que toda ella se halla marcada por esta voluntad de recrear la vida del sur de Estados Unidos, por más que tal localismo no impide que sus personajes y sus obsesiones, tan circunscritos a un tiempo y un lugar concretos, adquieran una proyección universal. Cómo citar este artículo: Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de William Faulkner». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en https://www.biografiasyvidas.com/biografia/f/faulkner.htm [fecha de acceso: 12 de enero de 2022].