Canarias sin duda no es la tierra de Ingmar Bergman,aquí el problema no es llegar a ser PERSONA,ni el conseguir tener recuerdos que nos identifiquen,ni la nostalgia prematura por una incapacidad patológic de poder vivir el tiempo presente,ni menos aún de poder verbalizar de los sentimientos íntimos,sino dejar hablar aunque sea a trompicones entre los cantos de río. Hay gente que tras mucho sufrimiento o un período largo de soledad necesita desahogarse con el primer conocido con el que se topa,y uno tiene la generosidad de aguantar la primera vez.
Ni siquiera se cuenta algo original,aunque el interlocutor se lo cree,sino sentimientos,prejuicios o anécdotas peculiares que le han impactado. Pero otro es el hablante patológico,ese es el que esta hablando durante horas,hace chistes se ríe a sus propios,te elogia y se va antes de que le puedas replicar nada.
Lo más siniestro de un personaje tan encantador es que en el fondo a ese ya le importas una mierda. Ese ve la televisión y las redes sociales pero las personas que están a su alrededor le importan una auténtica mierda.
Esto es curioso, hay gente que aunque ha vivido toda su vida en Canarias no le gusta Canarias,que no se relaciona con gente "establecida" pero al final siempre escucha y se relaciona por educación,por timidez,o sea es una persona a la que le importa las personas que le rodean.
Que incluso va a barrios humildes porque en esos barrios te encuentras a "personas",gente que te dice la verdad y que no enmascara lo más doloroso con un lenguaje exquisito,o que incluso cuando te miente,se le nota,que lo perpetra por una cierta dignidad,y que te llega al alma desde el comienzo. Incipit tragoedia.
Las personas que no dejan hablar aunque sean adorables,aunque amen Canarias y se atribuyan ser un dechado de canariedad,son personas a lasque no les importan las personas ¿y qué tipo de elogio es ése?-.
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