Alicia atraída por la madriguera

Alicia atraída por la madriguera

miércoles, 20 de septiembre de 2017

Por fin aprendió a jugar al ajedrez.


En una época sin empatía el odio a una mala persona que a nadie le importa salvo a sus víctimas, no solo resulta desagradable sino antiestético. Haber tenido que ver durante años a un dictador asesino como un viejo entrañable en proceso de envejecimiento,no solo era desagradable,sino que lo que lo hacía más hiriente es que se crearan sentimientos entrañables a su alrededor. Si alguien recordaba que no era un anciano venerable era silenciado por su terrible mal gusto.

Cuando murió el dictador (el canalla del pantocrátor) sus seguidores usaban otro lenguaje más depurado y lógico,con más humanidad y el mismo tecnicismo, y otro tipo de argumentos más suaves pero seguían defendiendo ortodoxamente a su dictador. Era la misma gente que no hizo nada por ayudarte y que te habían llevado la contraria y que no te habían dejado hablar.

De tal forma que las víctimas que no tenían fuerzas para defenderse no reclamaron nada por las torturas,ni se les ocurrió que tuvieran derecho a una indemnización por las lesiones permanentes producto de las torturas.

Los abogados de los encausados(no los parientes de los muertos,sino los torturados) les dijeron que si reclamaban podían meterse en problemas,pero si no se quejaban les harían homenajes. Y por tanto se callaron.

Lo bueno del ajedrez es que te obliga a tener empatía por tanto habría homenajes,dirigidos irónicamente por los dirigentes que habían ordenado las torturas,y te obliga a ser sutil para no ser hiriente y no herir a los verdugos.

La tía Teo defendiendo al dictador diciendo que de niños habíamos emigrado a Cataluña para que prosperáramos y cosas por el estilo,la verdad es que no mintió mucho,aunque ocultó que por culpa del primo José Antonio me arruiné con los ahorros de mi abuelo materno que se los había robado a mi sagrada madre y que le di para que lo invirtiera.

Le importó un bledo,pero ahora aunque ahora siguiera echando cosas en cara,llevaba el tema de unas ayudas alternativas y si no te ayudaba te crearía problemas. Y tú solo querías el dinero para empezar a vivir de una vez y no echar más mierda sobre un pasado sin remedio.

Cada miembro del bando de los verdugos estaba blindado y no se le podía hacer ninguna crítica. Que se hubiera destruido inútilmente la vida de miles de héroes cotidianos durante la Dictadura Triste daba igual,era indiferente. Si te quejabas daban un profundo suspiro de asco.

Nunca me preguntó aunque quería que me lo preguntara:
- ¿te gustaría que me muriera?
- lo que quiero es no verte más, para pedir menos de lo que es mío.

Al final tendremos que aprender a hacer sudokus.

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