Había estado preocupada toda la noche porque le habían bajado de categoría laboral porque el Jefe del Departamento de Derecho Penal en la Facultad de Derecho lo había decidido así,por tanto le habían quitado los incentivos del sueldo ya congelado y no podía darse de baja. No había podido dormir paseando por el pasillo de su casa y recordando los agravios que había padecido a lo largo de su vida.
Aquella noche salió de marcha para alegrarse y olvidar las penas,pero no pudo divertirse angustiada.
Se despertó tarde y se vistió rápido de cualquier manera para llegar puntual conforme al horario. Llegó a clase y explicaba la reforma penal de las condenas por agresión sexual,lo que hizo gracia a sus estudiantes porque al agravarse llegaban tarde para que un compañero que suponía era virgen cometiera su agresión sexual.
Empezó a dar vueltas sobre la tarima del enorme aula mientras explicaba cansada y con ganas de dormir, notaba algo como bajándole por el tubo del pantalón. Y de pronto cuando bajó la mirada notó algo rojo en el suelo. Era una braguita roja de encaje. Su alumnado lo vio y de pronto se calló. Ella cogió la braga y la puso en la silla de la profesora y les marcó un ejercicio de la condena antes y después de la reforma.
Se desplomó un momento exhausta sobre los brazos en su mesa,con la ropa toda enmarañada y con el sujetador mal puesto como si se lo hubiese puesto un desconocido Sus alumnos se pusieron frígidos y pálidos era como si por primera vez en aquella clase habían visualizado algo real de lo que estaban teorizando.
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