Te echan de tu casa
de tu casa.
Te arrastran por los pelos
estopa de la rueca
al precipicio de las cabras.
Ni las camisas ni el pecé
no te dejaron nada.
Los turbantes embisten
como yeguas desbocadas.
¿A dónde irán las palomas
a despertarte la mañana?.
Dejas atrás a tu madre
ya no tienes nada,
Europa todo el día
ahorcado en la campana.
Tocas la erección de las llaves
tortugas crías sin playa.
Pero tu puerta tiene cerrojo
de niebla en la mañana.
Sonrisa prieta de odio
muy lejos en el alba.
Al adoquín húmedo
a la chimenea ahumada,
tu amasijo de espinas
llanto no hay quien lo deshaga.
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