El Misterio del Contable que siempre llegaba tarde.
(Propuesta de trabajo: los compañeros de oficina lo miraban como si fuera un extraterrestre.)
Aquel treinteañero saludaba sonriendo mientras se alejaba sin pararse para que le devolvieran el saludo, y evitando que le hablaran.Hacía lo mismo en la oficina,en la cafetería,en el aparcamiento. Cuando le preguntaban por algo lejanamente personal respondía con una referencia literaria ininteligible fuera de lugar.
Llevábamos 4 años trabajando en la misma empresa rodeado de bellas mujeres a las que miraba descaradamente dentro de un límite,desde lejos. Alguien dijo que su madre acababa de morir y quise darle el pésame. Me costó preguntarlo en la recepción, nadie supo cuál era su nombre. Bueno nadie quiso responder: le odiaban, le ignoraban o de verdad no sabían.
Sonreí de forma entrañable mientras miraba una chica que entraba,con pena y admiración,con nostalgia.Fue el único rasgo humano que adquirió y que me contagió. ¡Qué jodío cabrito este!,desde entonces en cada reunión semanal ninguna compañera quería devolverme el saludo ni sentarse conmigo.Demasiada humanidad.
Mientras sonaba un crucero que se iba del puerto.
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