“Atribuir a Louis Ferdinand Céline o a James Joyce la Imitación de Cristo¿no es una renovación de esos tenues avisos espirituales?”
Pierre Menard,autor del Quijote, J.L.Borges.
Para ser escritor hace falta una personalidad peculiar: sobre todo ser solitario. Quizá sea uno de los oficios en este aspecto con mayor nivel de autoexigencia y me pregunto ¿cómo nace la inspiración para un oficio que exige tanto esfuerzo,que da tan poco dinero y que genera literatura que es algo tan poco presente en nuestra sociedad frente a la música, el periodismo de los medios o incluso el cine que por lo menos cuando escribes necesitas estar coordinado con guionistas y cuando ruedas necesita un grupo amplio de profesionales?.
¿Qué tipo de persona se puede sentir atraído por semejante profesión?.
A Gustavo le correspondía un año de paro y lo convencí de que por fin cumpliera el sueño de su vida. Así que escribía como un copista medieval eternos cuentos eróticos sin trama. Como estaba solo viviendo con su madre,le daba los relatos a su madre,que dejó de leerlos desde la primera página. Después nos suplicaba en plan pesado a los amigos que los leyéramos y juzgáramos.
Unos nos reíamos,otro con mala baba lo llamó "salido" por la cara por el alto voltaje de un microrrelato y el último que ejercía una crítica houellebequiana,los demás le daban la razón sin entender con la boca torcida mirándose de soslayo. Había un cuento que sí tenía trama,lo que me sorprendió gratamente. Después me reconoció que aunque todo era suyo,"algo" de la idea original la había cogido prestada de Stephen King.
Lo triste es que al oírlo uno sentía íntimamente no solo que tenía talento sino que era un genio narrativo, sin embargo insólitamente resultaba incapaz de trasladar ese tsunami de historias al ordenador.
Tras un año en paro tenía la casa llena de narraciones, donde había personajes que se parecían a sus amigos de un modo irritantemente paródico. Le ofrecieron trabajar llevando los carritos de Alcampo,su madre lo obligó a que aceptara.El primer día de trabajo le tiró una montaña de escritos a la basura y después lo negó.
"Ser escritor es un oficio",no tiene incentivos,ni recompensas me replicaba mientras arrastraba el carrito y le pitaban los coches. Bueno, también hay que tener cosas de verdad que contar. Había aprendido los trucos de los limpiacoches para que te dieran buenas limosnas,cogía la comida pasada del supermercado de estrangis, para dársela a un tío que tenía ganado, a cambio de una propina.
Mientras tanto me comentaba una trama de Rafael Chirbes. Con rencor me hablaba de un personaje que odiaba a su progenitora que le había destrozado sus sueños.
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