Llevo escribiendo un diario con anotaciones desde hace 12 años,y siendo concreto como una mujer que es meticulosa en los detalles pequeños,concretos,que amasan.
A veces siento el tacto correoso de una curiosa usada entre los dientes.
A veces cuanto llevo a momentos íntimos me pongo con la espalda rígida,me pongo solemne,divino y aunque puede tener un tono hasta algo infantil pienso: ¡Dios cómo he podido ser tan sincero!,¿es qué soy masoquista?.
Y me pongo triste y desolado de haber sido tan sincero incluso conmigo mismo,algo tan íntimamente rumbriento, pero no me atrevo en esta angustia como anestesiada a destruir el diario.
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