Sí.Fue hace 12 años estuve viajando solo por Italia y estuve en Trieste pero no llegué al castillo de Duino(por el poeta Rilke...) porque estaba amarrido,triste.
Fui en tren solo por pasión a Trieste y me abracé a la estatua de James Joyce. Llevaba estragado tres semanas solo. Aunque había planeado ir al Castillo del Duino al que pude ver de lejos,pero me deshilachaba como un líquido de oro en la marea de aceite y me fui a pasear por donde veía gente,a alguna joven potente y me volví.
Resultaba un deseo recurrente desde hacía unos siete años estar en el castillo pero no quería sentirlo con pena. Trieste hace años estaba en una colina que daba constantemente al mar,con sus pequeños canales,sus palacios de piedra y las enormes sucursales de bancos mirando imponentes.
Y chapurreando con una señora en el tren de vuelta me dijo que se notaba que me había impresionado Trieste. Y yo le respondí: sí el castillo de Duino siempre lo llevaré conmigo.
Después me consolé viendo en TripAdvisor que los usuarios ponían que el Castillo estaba bien por las vistas pero no tenía nada relevante y había que pagar.Pero siempre lo he sentido como un fatum del destino. Sin embargo, a pesar mío siempre he cumplido ese deseo cancerígeno que le conjuré a aquella señora mayor.
* * *
Antes ciudad de frontera (entre un Imperio y un país de alta cultura) importante para: James Joyce,Rilke,D`Annunzio,Svevo,el exquisito Umberto Saba etc.y cada uno tiene su castillo unido a su obra. Si arreglaran bien los castillos derruidos por la 2a Guerra Mundial podrían promocionar una ruta Talía free tour exquisita con las mejores anécdotas de los Genios y sus obras.
Miraba aquella ciudad como un extraño,con una especie de angustia anestesiada,pensaba ¿cómo podría sentir algo de lo que sintieron aquellos escritores?No pude,cada hombre tiene su destino.Es lo que descubrí en Trieste. Pero yo llevaba mi propia hecatombe encima,y necesitaba volver a mi casa en Udine y sentirme solo en un refugio y no en el vacío.
(A veces recuerdo esa sensación de desolación en la colina que baja de Valseca al mar.)
Ahora lo recuerdo con una extraña nostalgia,con una tristeza anestesiada,soleada con una blancura que destella y queriendo mantener lo máximo posible en la memoria.
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