Uno piensa con cariño en Édouard Manet que queriendo seguir una estela dentro de la tradición y alejándose de los impresionistas,acabará siendo un impresionista de linea tan perfilada,con un toque ligeramente expresionista.
También piensa en el Greco y cómo la inmovilista Toledo acabó aceptando su manierismo profundamente espiritual cuando le pegaba más esa carnalidad franciscana de un Zurbarán. El Greco nació del alma no siguiendo una técnica,y en plena Contrarreforma donde solo se siguen métodos,y por eso mereció ser rechazado y ser doblemente inmortal.
Y en Picasso que queriendo ser un Einstein y cargarse la física clásica, acabó siendo un Bohr y llevando a toda la física a la mentalidad cuántica,en este caso la abstracción pictórica absoluta,¡él sobre todo un creador de formas plásticas!,que en muchos sentidos a él repelía.
Ningún pintor quiso arrastrar su obra a unas consecuencias que le repelían,y de las que renegaron con pasión. No sé si alguno estuvo amargado de las consecuencias de su éxito,pero uno se deja llevar cuando sus discípulos lo traicionan llamándote Maestro.
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