Cuando uno piensa en las ventajas que tienen los asesinos de la Dictadura Militar Argentina para cumplir su condena cómodamente en sus casas lujosas frente a bosques y el mar,uno piensa lo que sentía mucha gente conservadora contra el comunismo en la década de los 70. Sentía pánico,odio,deseo de represión y de guerra motivado por el gigantismo y la coherencia del rival planetario.
Da igual que sea un genocidio,una estafa con desfalco o condenar a pena de muerte aun inocente. Pasado un tiempo ya no se puede recriminar nada a nadie,y menos aún si es una persona de mérito.La Justicia resulta imposible aunque siempre aspiremos formalmente a la Justicia.
Por ejemplo, ¿alguien se acordó del uso de mano de obra esclava por parte de Wernher von Braun cuando consiguió llevar el hombre a la Luna?.
Todo pasa,y nos juzgaran por lo que hemos quedado. Sin embargo,como los hechos consumados no tienen alternativa,siempre habrá quiénes defiendan sus canalladas. El fascismo con el pánico que provocaba el comunismo como sistema omniabarcante y lógico justificó el asesinato de decenas de miles de inocentes que podían suponer un riesgo.
¿No hay hoy miles de profesionales medio burgueses con su terminología hebén y patricia que justifican esta barbarie inútil?. Pasada la lava solo le importan los cadáveres a los museos. Resulta necio no aceptarlo.
La vida es cuestión de hechos consumados,no de tener razón, de tener seducción para ir de víctima o de que se pueda reparar el daño. Da igual la crueldad o la Injusticia de los crímenes perpetrados.
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