La sonrisa del Profeta Daniel de Santiago de Compostela.
La sonrisa de esta Virgen de Valldossera no se sabe si pícara o como reacción o por compromiso me parece más enigmática que la de la famosa escultura del profeta Daniel que podemos ver en una columna, en el Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago del Maestro Mateo.
Además guardo cierto trauma con la del profeta Daniel de la típica anécdota de instituto, que me gustaba cierta chica con la que me sentaba y estaba todo el día sonriendo y la impertinente profesora me comparó a esta estatua de Daniel que parece que mira a otra figura femenina como un bobalicón. Así que toda la clase se rió a carcajadas de mí hasta la chica y a partir de ahí me senté solo sin que a nadie le importara.
A mí me dio como un ataque de angustia,me quedé completamente pálido y no pude replicar como me ha pasado tan a menudo sino que me quedé apretando los puños y hasta engruñando los dedos de los pies y mirando al destello de luz del cielo a través de la ventana. Debería ser el síndrome de la no réplica.(Sin duda he sido la persona más solitaria desde las pirámides y que las naves romanas dejaran monedas con rostros desconocidos,quizá mi propio rostro,en estas ajenas tierras).
La profesora resultaba ser una harpía orgullosa de sus impertinencias que tuve en Historia en 1º en el 1994 de Bachillerato y en el antigüo COU en Historia del Arte cuyo nombre he tardado en recordar dos horas(doña Pa...ca), y la chica se llamaba Beatriz y años después nos reencontramos en el Centro Comercial de Siete Palmas con un hombre y niños pequeños y ni siquiera nos miramos.
A veces paso por el Santa de Teresa de Jesús 24 años después de que lo fusionaran con la Facultad de Humanidades y recuerdo como un apretón en el pecho del disgusto por la ruindad de la impertinencia.
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