Platón creó solemne bromas sin cuento
por ser estudiado como un profeta,
dar un sentido al cosmos y otra treta
con alambre hacer volar su talento.
La leche cuaja en un queso devoto
vitriolo que no conoce su destino,
busca lo excelso como se pudre el vino
para ser sublime aunque quede solo.
Escriba el potro berreando en la espuela,
o al marino que en su esquela soñó
la alta cumbre de la isla desierta.
Deja el rastro en la celda de tu dolor
aunque lo tape el grito de otra puerta
del cercano horizonte que no ves sin sol.
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