Empédocles:
Nadie en tu halo te defiende
llaman snob a tu dolor
su entraña arranca sin clamor
al rabiche al que se ofende
porque gloria no pretende.
Dar de comer a su hijo
la locura en perla mijo,
si el peligro le desborda
que hagan tirar por la borda
al amor de un Clavijo.
A pesar de tus insultos
no puedo amar tus minutos,
mi barranco con sus cuevas
late en la playa que abrevas
y en los hoteles de lujos.
¿Dónde esta el cráter hermoso?
¿dónde el áditon sin poso?
¿dónde el búho de la costa?
cuanto más timple a la costra
de lava sin un reposo.
Hiperión:
Teocracia en luz y belleza
sin fraude playa que naufraga
en las olas que deshaga,
mi sueño niño sin pieza
vidrio roto en la corteza.
Playa de sol sin estopa
barco contra el hielo a popa,
barranco a Umbría verde
que en tu llanto se pierde
Diógenes busca su ropa.
Te amo soy herido mendigo
cada ruido sin abrigo
me hace temer en la noche,
si me ataca un febril coche
¿quién salvará a su amigo?.
Te amo qué quieres sin viaje
alba al sueño sin chantaje,
soy en tu mano cría herida
que busca una salida
¿me salvarás mi viraje?.
La apuesta mutiladora
acepta en el recuerdo infame
quién hallarás que te ame,
el árbol que el suelo rompa
una lombriz de hambre rota.
Tu ósmosis de luz no operes
la metátesis lepra eres,
ni envidies como a una extraña
la maquinaria alemana
en tu playa ágil de duendes.
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