A la Puerta de la Ley del Palacio olvidado de la calle de atrás.
Sutil Medea a la que no quiere escuchar
asequible en la puerta del tatuaje.
Y se reclaman tras el hospedaje
deudas que todos quieren recordar.
Tumba marina busca el desagravio
de un amor que no te pudo hacer feliz.
¡Asesino a la carraca del labio
perdona al que hiriendo escapó de un desliz!.
Sueño de océano de carne insaciable
fusible que rompe chispas maleable
y con tu hambre, preso inútil, chantajea.
Su encanto remolonea lenta vaca
y uno sueña en Camelot mientras saca
la pócima de Fierabrás del que desea.
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