En la celda no recuerdo las cadenas
ni el insulto al débil sin réplica,
ni a la raíz rompiendo el suelo a las penas
ni bromeo al cortar la chasca tétrica.
Del cráter la belleza solo miro
ni me preocupa peonza la amenaza,
del que asusta con lo que ya ni envidio
ni el duro trabajo que lo aplaza.
No espero premio al placer sin venganza,
y si ignoran mi mérito el cariño
será selva en sangre de mi casa,
a pedrada en la playa un libre niño.
Feliz por no seguir ninguna espalda
como huyendo de algo en medio de nada.
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