Estaba agobiado con la historia del rencor de aquella mujer trabajadora en plena posguerra italiana con su sociedad rodeada de grandes edificios en ruinas y gente pasando las noches gélidas en las calles con el fuego de los barriles oxidados. De su rencor a los ricos que no habían trabajado duro, del rencor a los suyos del barrio que eran vulgares,malcriados,de los que se sentía alienada y de su odio minuciosamente justificado contra todo el mundo.
Estaba deseando que la atropellaran y que una compañera le robara la cartera y que con la cartera se fuera con alguien semidesconocido que le estuviera tirando los trastos y que se fueran de viaje, se pelearan y que todos se esforzaran por ser guapos,temerarios,independientes y en primer lugar muy desgraciados y amargados pero con estilo.
Eso es lo que recuerdo pero evidentemente serían recuerdos perversamente justificados.Aquí aparecen las colinas que con tanto mal rollo desaparecen. Lo peor del trabajo es que te obliga a ser una amargada cósmica pero con lógica. ¿Qué mérito tiene eso?.
Hacía tiempo que tampoco encontraba un libro tan metódicamente misógino como el "Oficio de Vivir", lleno de verdades humanas parciales,muy peculiares. Este subgénero de "Autobiografía amargada" donde se mete de todo existe desde siempre, pero uno siempre piensa en las "Memorias de Ultratumba" de François-René de Chateaubriand, sobre todo por la forma tan inmisericorde con la que despotrica contra su timidez que d vergüenza ajena.
Sí la famosa escena del carruaje en que esta a solas con una mujer y solo se atreve a apretar las enaguas de su falda rojo de la vergüenza. Parece que esta influido por "Las Confesiones" de Rousseau pero es seguro que Rousseau mentiría mucho más para dignificar las partes aberrantes.
Resulta sintomático como incluso los escritores que mienten tienen arrebatos de sinceridad donde no les importa describirse en crudo pensando que es una sinceridad solo para la posteridad. Como se sabe Rousseau tuvo como pareja a una mujer analfabeta y de una familia campesina a la que definió como brutal y prefirió dar a sus hijos cinco a la Inclusa antes de que los cuidara esta familia.
Parece que Juan Jacobo Rousseau necesitaba la lealtad inquebrantable de una mujer extremadamente humilde- el mismo caso que Goethe- sin polémicas aunque tuviera arrebatos de mal carácter. Ni siquiera la consideraba una mujer especialmente hermosa.Entre la soledad y la lealtad,prefirió la lealtad. Y entre el sufrimiento y la nada escogió sensatamente un sufrimiento con contenido.
Me imaginaba a Rousseau huyendo con su mujer de unos hostales de mala muerte a otros hostales huyendo de la muchedumbre que movidos por el rencor de los sermones de curas temerosos apedreaban las ventanas de su habitación cuando se enteraban de que un Anticristo convivía en Neuchatel o a las afueras de Ginebra.
Me imagino que a veces abandonaría a su mujer egoístamente sin importarle si la atacarían a ella también en un hostal desconocido de pueblo ante las turbas, o abandonando a sus hijos uno a uno ante el torno miserable de madera podrida de una Incluso,¡lo que debió sentir aquella madre sin hacer preguntas!,por devoción hacia un Genio que ni entendía,y cuyas ideas ella siendo analfabeta no compartiría.
"¿Qué memez es ésa del buen salvaje?,¿qué memez es ésa que la cultura te corrompe y que ser una anlfabeta te eleva a grados de nobleza y espiritual fuera de lo común?". Pero ella eso no llegó ni a entenderlo,ni a preguntarlo,ni a dudarlo ante el carisma del hombre dubitativo.
Sin aquella mujer no hubiese conseguido nada. Y no sé si la posteridad se lo agradecemos,pero por lo menos existe Rousseau y a pesar de eso consiguió que el mundo fuese más rico. Bueno y no sé uno esta cansado de odiar,y siente un agradecimiento por puro agotamiento.
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