El coñac hasta principios de los noventa era una bebida para hombres "muy hombres". Ahora es una bebida para viejos de otra época con la voz cascada. Hasta el Veterano de Osborne ha bajado la graduación hasta el 30 % de alcohol,o sea a la catalogación de bebidas espirituosas, porque a los varones de hoy no les gusta desgarrarse las cuerdas vocales y parecer unos proxenetas borrachos tirados en la mesa del bareto de turno.
Era un homenaje a la estupidez de destrozarse la garganta. Nadie bebía coñac para levantarse la tensión aunque podía ser útil.
Lo peor del coñac frente al brandy es que el coñac te abrasaba las cuerdas vocales y la garganta y te destrozaba la voz. Por eso en España el coñac era para "hombres muy hombres" y el brandy "era para los británicos cool".
¿Eso tiene cierta gracia,no?. Tchaikowski amargado por su condición homosexual no calentó el vaso de agua con cólera y se la bebió de un trago para suicidarse. Un siglo después hubiese podido presentar un programa cultural musical y salir del armario con todos los honores.
¿Conclusión? no te suicides demasiado rápido. A lo mejor una década después aquello que desprecias en ti vuelve a estar en la cresta de la moda.
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