Alrededor de los años 1960 en Japón se adoraba a Mishima. Cientos de jovencitas leían sus novelas,leían las revistas para saber las opiniones brillantes del excéntrico escritor. Pero cuando Mishima tuvo que casarse puso un requisito entre cuatro.
Su prometida no tenía que saber por qué era un genio. No tenía que haber leído ninguna de sus obras. No había tenido que verle en los documentales ni en las películas sino apenas en alguna noticia y de forma superficial.
La muchacha elegida era femenina,graciosa y bella pero no extraordinariamente bella. Lo amaba sin saber nada de sus méritos.Cuando las negociaciones entre ambas familias estuvieron a punto de romper,ella se puso histérica durante varios días y no hacía más que amenazar con suicidarse.
Un amor carnal,primitivo,con carácter y con condiciones.¿Puede ser un intelectual pesimista en estas condiciones?
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