Alicia atraída por la madriguera

Alicia atraída por la madriguera

viernes, 25 de marzo de 2016

Oda: Jugar tranquilo e histérico contigo

Como un cachorro en juego
sin odio huir a este oleaje sin destino,
ni hacer más rico al fuego
de tantos golpes sin tino
que mate sin quererlo a otro amigo.

De recuerdos felices
quiero hacer mi casa hueca golpe a golpe,
ni atarme a quien maldices
ni arrastrarme en galope
de estos trofeos sudados que provoque.

Zafio que me amen deseo
que mi sudor como bandera peque,
la obra sea mi recuerdo
por más que el sol lo seque
para que a amigo muerto nadie pegue.

Vete harto de desprecio
a escuchar el laurel con carbonilla
y que del río seco
se ría en la gravilla
de tu paso que te sirve de gavilla.

Y alto miras sin rabia
tu mano que implora ayuda muerta,
y que no se resabia
de ser esa bandera
del pico más alto en la isla desierta.

En sábanas sudadas
busca de noche eterna un desatino,
¡tu lengua! ¡duras llantas
sin lava no da tino
al cuerpo que no acaba por los siglos!.

No herirte para el mundo
ni te sirva de mortaja mi abrigo,
ni amarte con mi escudo
ni usarte de testigo
que abusa a otra mentira del amigo.

Tu piel será de mármol
mientras recuerdo tu voz en tu beso
me restriego en el árbol
me raspo a gusto en el barato yeso
sin dudar de Alba eterna y tu regreso.

Cuánto daño hiciste
la alegría en grava de tu muerte
no rechinará el diente
ni dejará aquel chiste
que salta en cabriolas mientras embiste.

Se quede su fortuna
que tanto protege el grito y la envidia,
y al poder que importuna
foto que despelusa
no llegar a acuerdos ni con la brisa.

Tanto odié tu blandura
como a flores de plástico ignorando,
solo quiero en cintura
tu color derramando
que de relente nos habrá llenado.

La luz tórrida indica
la sonrisa frígida sin lamento,
el aplauso no implica
un mayor juramento
que este mar que disfrutas tan eterno.

Tan cerca nada queda
como el bello recuerdo sin adorno
restregarse en la arena
y engañar sin decoro
para llenar de medallas la pena.

No quiero que sea un torno
mi abrazo ni mi elogio una regleta
ni temer el retorno
de venganza sin colmo
ni el ansia de himnos de herir en la vuelta.

Deje el cuerpo a la marea
solo rompan las piedras mi sonrisa,
como ave que navega
teme lo eterno y brisa
vive sensato sin lo que le pisa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario