a aquel que le envenena."
Como chispa en la arena
uno da luz sin quemarse
irse al desierto solo
sin tener qué preocuparse.
Se imagina en lo duro
ver la riqueza al desierto
que vean tu leve muro
que hablen de ti como a un muerto.
Ya no hay que engañarse
ni esperar un solo premio
ni el sabor bajo el sol
de aquel lejano beso.
Si te desprecian esta bien
y esta bien el desaliento
del que siempre pica piedras
en la arena del desierto.
El bulto del pecho en la luz
o la sonrisa de la bella
rosa que te multiplicas
sin saber los ojos que te crean.
Tejan mis guirnaldas
pongan mármol en mi cabeza
que me entierren con los perros
cansados de su belleza.
Uno quiere trabajar duro
fundir las cadenas
sin que vean la cicatriz
de tanta gangrena.
Tras la lluvia de toques
y las flechas con el dedo
ser un Guillermo Tell
y morir en el sueño.
Con el viento en los árboles
sin despedida quiero irme
y jugar con mis sombras
es nudo de chiste.
Que alguien silve mi música
en el celo desesperado,
y que piensen en mí
si chirrían los pájaros.
Tejan mi guirnalda
rechine en nada el diente
que de los cristales rotos
no se quejan los orfebres.
Soplar el vacío
el deber que uno elige
es afecto que te corrige
para limpiar el bajío.
Me condeno al derecho
a ser mal pensado
vivir lo dignado
como yunque al fuego.
Con el gesto agarrotado
las causas del desprecio
las asumes con dignidad
como ticket al precio.
Que te entierren con los perros
que aúllan en noche serena.
Que el moribundo bendiga
a aquel que le envenena.
Tu orgullo será la chispa
que caiga en la piedra,
que se lleve la noche
potros de rabia en arena. (/sementera)
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