Qué fotos,qué caras más blandas.
¡Mi foto!. ¿Qué hago aquí?,qué blandito se me ve.
Se apretó los puños y sintió que aún se le escurría la sangre como arena rugosa.Por fin he conseguido las manos duras,ahora que me sirve de tan poco,ahora que es demasiado tarde.
Cómo me ha marcado la vida,Dios cómo pude permitir todo aquello, ¿cómo no reaccioné?.
Puso las fotos de espalda,y las rompió rematándolas una a una. Sonreía pícaro como un niño idiota al que le duelen los ojos por la luz al salir de la cueva y que ha dejado atrás un tesoro maldito.
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