El condenado justamente a muerte.

Versión
El guirre huye al evitar la despedida
si la espalda del Teide te niega el adiós,
ni mientas soñando al defenderte sin voz
si no hubo amor limpia herrumbre en la cuchilla.

Para ti inventa los recuerdos sin vida
tu amor mal vendido bendice como un dios,
si te callan como a un mal bufón con tos
revienta al corcel que el deshonor no embrida.

El roto espejo frota al rostro del muerto
y el puñal amigo en el pecho mira incierto
limosneando al traidor un confuso perdón.

¡Cadena al cuello!,¡ya oigo vuestro desprecio!,
¡el fuego al rostro!¡no!¡ ay las púas!¡silencio!,
y un abrazo al amigo que por fin murió.

Versión cruda.

Los guirres no lloran ni hay despedida
si la espalda del Teide te niega el adiós,
ni mientas soñando al defenderte sin voz
si no hubo amor limpia herrumbre en la cuchilla.

Para ti inventa los recuerdos sin vida
tu amor mal vendido bendice como un dios,
si te callan como a un mal bufón con tos
revienta al corcel que el deshonor no embrida.

El roto espejo frota al rostro del muerto
y el puñal amigo en el pecho mira incierto
limosneando al traidor un confuso perdón.

¡Cadena al cuello!,¡ya oigo vuestro desprecio!,
¡el fuego al rostro!¡no!¡ ay las púas!¡silencio!,
y un abrazo al mal amigo que al fin murió.