Rematado el placer
los sueños en suciedad escapan.
Y el mar de la debilidad
sin encanto nos mata en el agua.
Despreciado y mirado solemne
como una rata miente a la musaraña,
pero si sinceros le humillan
el miedo a la vida curva su espalda.
Cada vez más nos vacía la selva
para cumplir los sueños rotos,
se deshace en ceniza más pequeña
y el sueño acertijo es más corto.
Los más débiles van al placer
y aunque renquean están solos,
¿cómo los flamencos al lodo
y dejan su belleza sin pagar por ver
manchando el barro de rojo?.
Quien plantea al banco hurtar perdices
como el donativo de un atraco,
y el que deja ahorcar sus deslices
como al inane amor por las actrices
como la donación de un narco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario