Ay el gato tirado y torpe
oye el himno en su sarna,
el sol te revienta a tiros
y las chispas con el agua.
Los coches te torean,
fastidio del solitario,
¿por qué no maullas delator
para entender tu calvario?.
La monja en gasas teñida
la ropa a brochazo estampa,
¿viene a salvarte de la calle
o a rezar por tu alma?.
Chantajeas a las separadas
por la culpa de no ser madres
echando su belleza en cara
por unas sardinas sin hambre.
La flor mustia de cien amores
tras cada lluvia exuda estilo,
su aroma impregna el valle
de órdagos sin tino.
Como el cutis del plástico
llena su belleza de anuncios,
sus secretos de Osiris
pontifica como un Nuncio.
¡Cuándo reivindica la vida
cuánto amo a esta exiliada!,
de complots que hizo fracasar
Rey de la otra Armada.
Chistes a la maldición
mueca de lo correcto.
¡QUÉ crispen olas al mar
y el árbol caído al viento!.
El olor a peleas de boxeo
la risa de búhos ignotos,
y a lo lejos en la selva
la berrea de las motos.
Aún me emociona que alguien
se sienta por algo culpable,
y que un espía intoxicador
Laocoonte entre los cables...
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