Alicia atraída por la madriguera

Alicia atraída por la madriguera

miércoles, 14 de marzo de 2018

La vergüenza de no tener hijos.

Hoy se ven más perros que cagan y que brujulean sin sentido, que carritos de niños por la calle.

El no tener hijos ha sido un error como el Holocausto o uno de esos genocidios con los que nadie,ni los más eximios catedráticos se pone de acuerdo para ponerle un nombre,y al final se los pone un borracho parroquial al que le apestan los pies en el bar,porque tiene impacto. No resulta necesario que venga un experto de Barcelona expetando de forma engolada,que la maternidad es un mito innecesario,que puede resultar una forma de dominación soterrada sobre la mujer o un chantaje para delimitarla al ámbito casero. El hombre pensará en las películas de John Ford tipo "Qué verde era mi valle" donde la madre "sacrificada" besaba a hijos gigantones en la frente,pero eso aunque defendible también te queda desfasado. No queda más.


Has vendido tu alma al diablo por casi nada. Te has prostituido para tener que rebuscar tu estipendio raspando en las alcantarillas,para realizar tus servicios en un callejón mugriento entre dos coches viejos.Para que te caiga el esperma de un desconocido en los ojos y sentir con asco los testículos de un desconocido en la barbilla. Pero lo peor es no sentir nada de vergüenza por la vergüenza de no tener hijos.

Nunca te arrepentirás en la noche porque eres una orgullosa a destiempo y una inconsciente que te rodeará de vacío.Y no quedará nada,porque no hay nada que defender ni que atacar. Es esa especialidad de la modernidad de la que la no-modernidad se ha prodigado: el vacío,la adolescencia con sus risitas estúpidas y a destiempo,la nada,el vacío, las espaldas,las llantas de los coches que se van y que uno oye sin que dejen ni un miserable recuerdo.

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