Alicia atraída por la madriguera

Alicia atraída por la madriguera

miércoles, 14 de marzo de 2018

No vi morir a Marla.

Era la primera lengua voladora que veía con la luz del móvil por las mañanas en la cama y con los dientes de Tiburón atacándome para salir a pasear a las 6.00 porque estábamos ya despiertos. Quien me esperaba expectante mirándome para recibirme desde el pasillo cuando llegaba a casa y con la que tenía problemas, por cómo frenabas la correa con orgullo o como paseábamos al final con la cola bajada en las últimas cabalgadas. Ay Marlita te hemos elevado al paraíso con la santidad de los reyes derrocados a sangre y fuego,y escupidos con escarnio público.

¿Qué será de ti perra mía,ay qué será de ti?no te puedo ver ni en la lejanía. Ay qué silencio cuando cerré la puerta cuando volví a casa y no vi a nadie extrañada en el pasillo torciendo la cabecilla.

La perrera no era suficiente. La posible adopción parecía imposible. Tu orgullo débil entre los barrotes y la tierra dura no sería suficiente.Quiero recordarla de pequeña moviendo feliz el rabo con sus ganas locas de jugar entre tantas piernas para poder disolverla entre recuerdos felices.

Quiero recordar ay. Veo la fachada de luz del edificio de enfrente. Ya al final costaba que se acostara conmigo,tenía que abrazarla queriendo que su corazón desatado y errático fuera al mismo ritmo que mi corazón sano y estable,pero era imposible. Antidepresivos, antihiperactividad otra vez a darle pastillas como a las personas.

Sí ay, quien me esperaba expectante mirándome para manipularme para que fuéramos a pasear cuando acababa de llegar agotado y quería tumbarme en el sofá sin comer para dormirme.Ay Marlita en el fondo nunca fuiste de nadie y tus ganas de vivir rebeldes tenían que llevarte al abismo,al desarraigo total,siempre ladrando y retando hasta que te encontrabas con el primer perro que te replicaba y salías corriendo. O lo que era más normal te paralizabas.

El mundo reivindica a las personas enfermas,pero no acepta a las personas enfermas,ay mi buena Marla tú que amabas sin lealtad,¿qué podíamos haber hecho contigo?.

Cuando me despedí de ti el domingo casi de noche te llené de besos,besarte a ti nunca era sentir que daba besos en el vacío aunque ni siquiera me entendieras. Ya intuía una posible decisión: perrera o la muerte en el campo de batalla rodeado de enemigos del silencio y de la nada. Con dos mujeres con inyecciones con agujas que no llegarías ni a ver ni a entender.

Ya me tenía que te iban a inmolar para nada,pero creí que la veterinaria te llevaría a un especialista y no dejarían verlo,sin embargo parece que sí. Siempre el vacío,el océano sin tierra,el cosmos con puntitos blancos que uno no entiende,la presión de la gravedad insoportable. Siempre el silencio,las bombas que nos matan sin dejarnos dar una despedida.

Ni siquiera siento pena sino una anestesia de la pena,me hubiese gustado sentir pena. Apretarla y despedirme en condiciones: apretar un pañuelo,darle besos en el hocico,sentir su corazón errático por última vez.Despedirle de alguien, despedirme yo mismo del Cosmos. No pude darle la mano en la muerte de Marla.

No sé si me duele más si no sentir nada o su propia muerte. A cualquier ser hiperactivo o demasiado inteligente fuera de los cauces que no se autodestruye la sociedad lo elimina, sin más.Amaba a mi perra mucho más que a mi cuñada y al 90% de mi familia. ¿Qué será de ti perra mía,ay qué será de ti?.

No hay comentarios:

Publicar un comentario