¿Por qué nos atrae la fiebre
La ruleta inmensa del Rialto?,
rechinará al tanque un alto
el que ahorcó a la liebre.
¿NOS GUSTA estar al borde
El vértigo de la degradación?
E ir al campo de batalla
Anónimo bajo el hormigón?
¿Nos gusta los roperos viejos
Donde molemos el viejo rencor?,
¿y apostar el duro trabajo
Sin limpiarnos aún el sudor?.
¿Nos gusta no recibir recompensa
Y rodeado de bellas mujeres
Criticarlas por echarse a perder
Mientras retas entre los rieles?
¿Rascar la hinchazón sin placer
Exorcizar la fiebre,
Y abusar de la caza
De la asustada liebre?.
Como agua entre las grietas
el Ácido líquido esponja,
¿y a quién el cáncer escoja
le curaré de más metas?.
Arriesgas inútilmente tu salario
Y desperdicias tus chistes,
Ante escotes que te desprecian
Por el placer de que te crispes.
En una selva de rojo y negro
Y el brillo del pecho amigo,
Recuerda a las hogueras
De los indígenas con su grito.
Ay cuándo ganarás la fortaleza
Cuándo inventarás la noche
Donde el informático navega.
Nadie teme a los dragones.
Y las cortesanas con aire maternal
Te recuerdan que debes volver
Camino a la Tierra SANTA,
Sin dar la vuelta para ver.
Tú mediocre y satisfecho
Sabes que no debes conjurar
Desde el SANTUARIO de Baco
La televisión que has de apagar.
Y en la noche vuelves a casa
Rata que come la boca al perro,
Y has de reír al escaparate
Tu idiotez del infierno.
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