Todas las reacciones contra el sistema injusto que se ha establecido durante la Crisis de 2008 han sido reaccionarias y aislacionistas,como en la Crisis de 1929: Trump, el Brexit, el crecimiento del populismo antieuropeo, las Primaveras Árabes que se suponían que iban a traer democracias musulmanas y trajeron un islamismo rigorista.
Nadie ha atacado a la Globalización ni a las desigualdades hirientes que se han formado nacionales e internacionales, sino han recurrido a sus prejuicios y a su egoísmo más ramplón e ignorante. El ser humano no aprende quizá porque no tiene un Estado Social y una educación que garantice un mínimo de bienestar.
Solo en Francia se ha buscado defender una auténtica izquierda y el mensaje de Merkel que da confianza de un crecimiento continuado en Alemania,a pesar de la gran cantidad de contratos "mejorables". Trump o los chantajes infantiles del Brexit demuestran que la alternativa a la Globalización es muy difícil, que lo único que cabe esperar es una rectificación desde dentro.
Trump como crítica contra el pensamiento del sistema y de lo políticamente correcto ha sido no constructivo, decepcionante por la cantidad de prejuicios olvidados que trae a la actualidad, y ha generado una cantidad de odio inútil enorme.
Como líder de la oposición hubiese sido mucho mejor que como gobernante, como fenómeno mediático y showman está bien para la mentalidad estadounidense, incluso habrá críticas contra el sistema que tendrán sentido común, como PODEMOS u otros partidos populistas en Europa, que sirven para dar toques de atención graves al poder que no escucha al pueblo, pero gobernar le ha venido grande en las formas impertinentes, su completa falta de tacto, en su carácter crítico, y en su no saber llegar a acuerdos, ni aglutinar, ni legislar.
Un presidente ignorado siempre es triste en un sistema presidencialista, es como un ejército sin comandante.
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