En mi mente un troll patalea
Encaja ópalo y cizaña,
Y el timbre de una extraña
Mala broma a rachas mea.
Ataca a arrebatos y huye
Por cobardía a destiempo,
Dejando al cuchillo a adeptos
Rezando un conjuro impune.
Tu pecho caído diosa neolítica
No conmueve al devoto moderno,
Ni tu ojo es un extraño infierno
De alma podrida pirolítica.
Adiós a tu cuerpo sensual y moreno
Que es un portazo ruin sin respuesta,
Y te vas sin culpa sin una apuesta
Finges amarme riéndote de lejos.
No veas insulto en cada hemorragia
Ese amanecer que no habías amado,
Que llenó de rojo el mundo recreado
Chapa de acero que corta con nostalgia.
“Llámame si vienes” sueltas al aire,
Como uralita falsa que confunde
Al que desganas con tanto desaire,
Pero no hay alto muro que al desierto hunde.
Hartan las señas de la despedida
Y huyes con los trucos de otra partida.
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