¿Somos falsos los canarios?
Dicen que en Hong Kong en 1898 cuando empezó la Guerra de Cuba estaban los almirantes inglés y el americano Dewey,y al americano le dieron órdenes de ir a Filipinas para luchar contra los españoles,
el almirante americano dijo:- me da pena porque era un hombre educado.
Y el subordinado le respondió: - a mí me dan pena los españoles porque era gente tan agradable. Y ahora se fini. E hizo un gesto con el dedo gordo sobre el pulgar como si fuera un degollamiento.
Nunca había entendido porque a algunos turistas madrileños y mesetarios les fastidia tan íntimamente el carácter de los canarios, y nos llaman falsos o aplatanados. Lo de la soñarrera sería otra cuestión. Es imposible llamar falso a un pueblo entero,casi anónimo de merecidos homenajes y menos cuando hay tan poco que esconder o que mentir.
Cuando uno miente por dignidad y es evidentemente falso crea cierta piedad,como por ejemplo, cuando las señoritas de principios del siglo XX decían que sabían hablar francés y tocar el piano cuando eran evidentemente mentira ambas cosas pero toda señorita sabía hablar francés y tocar el piano,algunos sonreían la mentira coqueta y otros las humillaban y las dejaban en evidencia según el carácter.
Nos llaman falsos malintencionadamente porque les molesta que seamos genuinamente simpáticos y agradables frente a un carácter más seco y adusto,y además les molesta íntimamente,o sea con falta de sinceridad. La simpatía es un fin necesario,no es solo un medio.La simpatía en un ambiente nos ayuda a vivir, a tener imaginación y a tener una mente universal para entender a todo el mundo.
Hay un dicho en Canarias tan normal y vulgar que nunca se le da importancia y es "que no cuesta nada ser agradable",pero en realidad sí cuesta y mucho, hay turistas que por carácter les cuesta ser agradables incluso en un momento feliz de su vida,después de meses esperando cumplir con las anécdotas de su imaginación.
Con una gracia suave,divertida,de humor blanco de polvo de yeso,en la miseria,en la degradación,en el carácter extremadamente suave,en la tolerancia,en lo baratijas que somos en crear y en revender nuestro patrimonio. En principio no habría motivo ni para el odio,ni para la envidia,pero sí lo hay.
Y es el complejo de no ser agradable.
La simpatía es un arte como lo es el ser trabajador pero es más invisible por lo que se considera un previo.Y en la Meseta siempre hay algo de" la verdad por delante"aunque lo que importa casi nunca es el amor o el amor a la verdad sino conseguir hundir al otro resaltándole los defectos o humillándole en público. Confundir que te echen agua bendita con ácido a la cara.
En Canarias todo el que se quiere integrar se integra rápidamente y lamentablemente pierde su idiosincracia particular,por el carácter tan sociable de la gente. Los hijos de los hindues ya son canarios con fachada hindú,y uno quiere que ellos se mantengan en su pura raza hindú,con sus piercings,sus ropas,y ellos dicen que siguen siendo hindús y son fieles a su religión pero hablan sin remedio como canarios y reaccionan como canarios.
Casi 12 millones de turistas al año y mucha gente sigue en la miseria,y no hemos perdido la capacidad de ser simpáticos anónimos sin recompensa. ¿Para qué decirle a un cojo que es cojo y a un esquizofrénico que es un loco y que no tiene remedio,o si aquí se come fatal o que en las fiestas no son tan salvajes como en la Península?.¿Para qué vamos a ser impertinentes?.
¿Por qué nosotros no tenemos que tener más carácter?somos felices así.
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