La estafa del empresario de TV

El rico airea su lamborghini discreto
su pueblo recalificado en las vacas,
blanquea la pasta al alba y de oro la rama
para bromear a la puerta del infierno.
El pecho de la estatua en el lujo amarga
si la paloma hueca la calle al invierno,
no disfruta a destiempo de un ojo o un beso,
del adivino que su muerte amaga.
Fue a vivir a una isla desierta
lo que dolió a las de vacas de su pueblo
por el anonimato de una cuenta.
¿Cómo se eterniza el fuego en la higuera?
como el desierto da sentido al dinero
y las mansiones dan sentido a la pena.