Texto que nunca fue escrito en Valdenuño Fernández(Guadalajara). Año 1.994.
Algunas veces en el Spar o en la barbería escucho las sintonías de las canciones deprimentes de REM,música de los 90. Me conmuevo de pensar que tan deprimentes canciones me recuerdan los únicos recuerdos alegres de mi padre.
Cuando iba en el coche con mi padre por el centro de Madrid,y le dije que lo que más quería era quedarme con él en Madrid,ponían esta canción en la emisora de Radio. Mi padre respondió que no,que se lo había dicho demasiado tarde, y que ya me volvería a Canarias.
Mi padre estaba todo el día insultando,repitiendo buenos consejos con insultos,insinuaciones maliciosas y gritos pero nunca creando hábitos sanos de trabajo duro. Tampoco le importaba un carajo que prosperásemos,cosa que a mi madre,con una esquizofrenia paranoide sin tratar y rodeada de desgracias,sí le importaba muchísimo.
Mientras mi padre valoraba que lo importante era buscarse la vida por sí mismo a empellones.
Por fin, ahora que mi padre esta muerto e incinerado puedo recordarlo con algo de cariño. Y recuerdo aquella escena del coche humilde y cafre, de mí descompuesto con 14 años,y después fuimos a su pensión en Alcobendas donde nos comimos un pollo, donde yo apenas probé nada. Y donde mi padre me echaba en culpa mendazmente una y otra vez que yo le había avisado demasiado tarde,cuando en realidad lo que pasaba es que no quería hacerse cargo de ninguna responsabilidad.
Cómo todos sabían mis problemas y les importaba un carajo.
Depresivo de tanto convivir con intentos de suicidio,de brotes esquizofrénicos, abandonado a mi suerte,y la hipocresía de toda aquella familia hipócrita paterna. Ahora que esta incinerado me sorprendo,como Juan F G.R. solo puede hablar con cariño y amor de sus padres,¿cómo puede haber tanta superficialidad y simplonería?.
Dios cómo me alegro de no haberme suicidado,si no de tener la férrea voluntad de ser fuerte y hará la de haber apretado la segunda decisión segura: de que hay que trabajar duro en lo que sea,en lo que surja.
Y mientras tanto escucho y sonrió ligeramente con paz interna y alegría con la deprimente canción de REM.
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