¿Qué quieres de mí que tanto me torturas?
¿por qué no me amas si sé que no merezco?,
déjame al secarral donde nada padezco
y que ame sin desprecio mis locuras.
¿De qué ríes si dejas que te mienta
para una imposible conquista sin consuelo?,
déjame en la sombra ya que solo molesto
al guirre que destripa cuanto alienta.
Déjame solo y que el tren descarrile
sin que la berrea de mis venas me vigile
y que maldiga al infierno estando solo.
Absurdo y a destiempo el sol sobre el mar,
y el soldado digno* al que van a matar
que no quiere chantajear con hueco oro.
*solemne/ al frente.
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