Tras una pelea y un disgusto fui solo,¿cómo no?,apretando mi carpeta como un escudo a cabalgar otro paseo nocturno con los enormes edificios en la playa de Las Canteras y viendo a dos parejas de lesbianas,cogiditas de la mano,riéndose infantilmente de si creían ver una cucaracha o una ratita como adolescentes fumadas, pensé cómo se ha fomentado muchísimo más el lesbianismo en Canarias, que el que los heterosexuales solitarios pudiéramos amar.
Cómo la dignidad individual de quienes vivían en cierta marginación bajo el oleaje nocturno nunca ha valido mucho,pero como la vanguardia y querer ser los más modernos eso sí había que incentivarlo una y otra vez,a toda costa.
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