El que Neruda supiera rehumanizar la alta poesía a pie de calle es algo por lo que nunca deberíamos dejar de darle gracias. Después sus discípulos que tanto le criticarían su libertad como Nicanor Parra o Jodorowski caían en demasiadas sutilezas cercanas a algo parecido a la parodia. No las ganas de vivir,sino el ambiente de vida,sin más. El chispazo de verdad humana que cae en la arena,y desaparece sin que lo veas bien.
Nunca he sentido ni entendido la grandeza de César Vallejo,aunque lo siento ni entiendo cerca de mí y me gusta mucho como hombre. Tampoco he entendido,será un problema íntimo, a poetas sublimes como Ezra Pound,a TS Elliot, o a EE. Cummings,u a otro como JR Jiménez al que muchas veces siento como abstracto y sin realidad. Amamos a los poetas que podemos sentir, y admiramos con un poco de pena a los que no podemos sentir.
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