Alicia atraída por la madriguera

Alicia atraída por la madriguera

miércoles, 16 de mayo de 2018

Anécdotas de la Tuna

Hoy en día lo demoníaco viene del silencio, de las no réplicas, de lo que se hace en nombre de la libertad sin saber qué sentido tiene,ni respetar en muchos sentidos al que te rodea.Pero al final uno siente íntimamente que la libertad es necesaria.

Recuerdo que nos dejaron abandonados en una gasolinera a 100 kilómetros de Murcia donde era el Festival,disfrazados de ángeles con la ropa hecha jirones, despelusados y sudados especialmente las medias. Además nos habían dejado con dos miserables euros en total,lo que nos daría solo para una llamada de emergencia.


Parecía imposible llegar a tiempo al Certamen en cuatro horas. Le pedimos a la dispensadora de gasolina que por favor pidiera a los conductores si podía llevarnos. La primera que se acercó,parece que era una chica que decía que iba en dirección contraria, aunque no sé por qué la dispensadora sabía que mentía. Reunimos valor y fuimos a pedirle que por favor nos llevara a Murcia,que nos habíamos gastado el dinero del billete del pasaje y que no podríamos llegar a tiempo al Certamen.

Todo era cierto,pero no dijimos que al ser novatos solo íbamos a hacer bulto y a mí me importaba un carajo, en realidad,solo me importaba en teoría el sabor de la aventura. Al final, nos pusimos de rodillas para suplicarle y accedió con un gesto repelente de mosqueo a llevarnos. Por el camino, yo le dije que podíamos acabar siendo amigos en un tono histriónico, mi amigo comentó que yo exageraba,sin justificarme nada, y la mujer alrededor de los 30 años replicó que no tomaba en serio ni una sola de mis palabras. A mi amigo se le cayó la cara de vergüenza.

A partir de ahí me callé,frente a un paisaje en silencio de invernaderos con hombres rudos y curtidos. Llegamos al hotel,le dimos la gracias y di un portazo por lo extremadamente borde que había sido todo el camino. Llegamos antes que la tuna de los veteranos. Encargamos el desayuno para los 20 el día siguiente y esperamos. En nuestra habitación para tres personas debían haber 10 tunos,todos sudados,algunos después de ducharse apestando a alcohol y alguno roncando por lo que a pesar del frío había que mantener la ventana abierta.

A eso de las seis, llamé para que prepararan el desayuno en el comedor para los 20 en total y fuí a la habitación de los veteranos con mi compañero,para que como novato me dieran órdenes. Cuando llegué estaban todos desnudos paseando de aquí para allí con prisas y tres chicas vestidas, dos sentadas al borde de la cama y otra débil como de resaca,cansada intentando pintarse los labios de rojo en un espejo frente a la cama.

Los veteranos se paseaban cerca de las jóvenes sentadas, jugando a poner delante los genitales delante de sus caras. Obviamente, yo fingía no verlo,teniendo que esperar a que me dieran alguna orden. Al final nos dijeran que controláramos los instrumentos grandes que estaban en el recibidor del hotel. En el pasillo había una enorme chapa metálica y por encima una larguísima alfombra roja y cuando abrías el ascensor te daba una pequeña descarga eléctrica por estar en contacto con la chapa.

Al llegar al ascensor le comenté a mi compañero: me parece una falta de respeto,que estén ahí como queriendo restregarle la polla cerca de la cara de las chicas.(Obviamente, me había fijado en una chica rubia del día anterior que era la que estaba sentada). Y mi compañero me dijo: sí seguro que es vírgen.

Como ya el día anterior había dado señales de que no me controlaba verbalmente,y podía quedar como un blando no quise replicar lo que me pareció un absurdo impertinente.

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