Alicia atraída por la madriguera

Alicia atraída por la madriguera

martes, 4 de julio de 2017

La literatura del siglo XX: LA DE LA INMADUREZ VICTIMISTA

“Tan triste... no es serio.
con motivos es absurdo.
Tan cómico... no es divertido
la carraca suena a burdo."

Parodia de un verso de Fernando Arrabal



Si pienso en la novela de Víctor Hugo pienso en miseria, injusticias y desigualdad: problemas sociales evidentes, en gente que tiene que trabajar y aguantar en situaciones adversas. Mientras en el siglo XIX la literatura habla de la miseria y de la impotencia lógica y usa el patetismo nacido de ellas, el siglo XX abre un campo insólito de estudio: la de la inmadurez. Quizá en el siglo XIX aún hay esperanza de una alta literatura alta, sana, realista que aún se plantea problemas solucionables.


El siglo XX ha sido literariamente el siglo de la autodestrucción, de la inmadurez victimista, masoquista y del solipsismo en la literatura, y como por traslación en la pintura y en la escultura. Con DOSTOIEWSKI en su "Memorias del Subsuelo" vamos hacia la profundidad del hombre autodestructivo que no reacciona, que no replica, que no actúa, y Kafka, Proust, Thomas Mann o Albert Camus nos meten en ese mundo de la autodestrucción porque sí, y transitoriamente Jorge Luis Borges. Ya a partir de los 40 tanto Faulkner, como en parte Borges y sobre todo el Boom vuelven a problemas reales o a problemas metafísicos imposibles pero que son inevitables, y que el Hombre se plantea con el discurrir del existir.

No hay mejor comparación antitética que entre dos genios Picasso y Gabo, dos períodos de la historia, dos sociedades a las que darse a entender: quizá lo único en común es que ambos fueron creadores de un gran estilo de unas formas plásticas. Gabo era sano, de un estilo brillantísimo y de un realismo imaginativo maravilloso con personajes sanos, mientras Picasso representa la deconstrucción del arte, el fin de la sana realidad adulta por el arte primitivista, descoyuntado, frágil, de momentos fugaces, corrosivos e interpretados de forma retorcida, con espasmos, de forma arbitraria y absurda, y el crear nuevos parámetros quizá sea uno de sus mayores méritos.Pero ambos titanes representan cosas diametralmente distintas.

Cada sociedad crea sin saberlo genios acordes con los que ella necesita. Me ha parecido desafortunadísima comparación entre dos genios Picasso y Gabo, pero Latinoamérica necesita también un genio más sólido, creador, que un Picasso, que es más parodia, deconstrucción, vuelta a un primitivismo manierista.

Otro ejemplo del cansancio de una sociedad y una cultura en su apogeo es Kafka. su técnica narrativa,de emoción,su contenido basados en planteamientos aposibles planteados con un realismo escrupuloso que coherentemente llega a sus últimas consecuencias, y SU observación descriptiva meticulosa de la vida cotidiana.

La sublime mentira de Kafka,de las novelas de Kafka,de Dostoieski, de Camus y del estructuralismo ruso es que las personas casi nunca son masoquistas,los personajes sí van de víctimas,pero serlo nunca lo son aunque lo sean los escritores y hacen creer y digan que lo son,por ser débiles,callados,inmaduros,absurdos o tontos. Y el cáncer que quieren exponer,contra el que fingen luchar,al que dan tanta importancia artificialmente es una falsedad.

Quizá un mundo de medio enajenados que huyen o que atacan sin humanidad como el de "2.666" de Roberto Bolaño sí es más real,corpóreo, verosímil, aunque solo sea verbalmente. En un mundo de constante mentira la realidad sería imposible,cualquier hecho contrastable cambiaría constantemente y las consecuencias constatables de los hechos desaparecería.


Si bien cuando se hace daño,el que lo hace no quiere saber las consecuencias de sus actos,ni disculparse por orgullo porque es admitir la maldad de su acto,no su nobleza de decir la verdad o de hacer justicia,sino su ruindad,su no poder mirar a la cara de la víctima en nombre de la Ley o de la Verdad, también es cierto que en un mundo donde reine la verdad de rapiña sería constantemente hiriente,innecesariamente cruel, masoquista y casi antieconómico.

Un mundo donde domine una dosis abundante de verdad teñida de un color agradable, casi crema es soportable para las florecillas que guardan los aromas más fuertes.La verdad es una mezcla entre la crueldad y la alienación.

Uno siente el sadismo moderno en Estados Unidos lejos de cualquier sentimiento venerable que guiara a los rusos del siglo XIX o a los judíos checos de comienzos del siglo XX. Allí hay gente conservadora que va más allá de la gente de orden, trabajadora o de principios religiosos.Eso lo vemos hoy todos los días en el sadismo del millonario y Presidente Donald Trump seguro sabe que es una persona intelectualmente como espiritualmente limitada, pero niega el hecho de mirarse cara a cara al espejo y reconocerlo.

Sus reacciones sádicas echan lejía a la herida y reflejan la patología de un narcisista con poca autoestima pero al que se le permitido toda transgredirlo todo. Los patricios dominadores que en muchos factores se sienten inferiores, suelen desarrollar mecanismos sádicos compensatorios para sentirse dominadores. El más inmediato, el que da un golpe de placer, es el de dominar siempre, el dinero o la candidatura a un trabajo es una excusa, elevarse pisando cabezas ajenas exigiendo lealtad absoluta por encima del sacrificio o de la humillación constante.

Los peligrosos son los nihilistas: o sea los que defienden los derechos humanos de los inmigrantes, los que están en contra(con mentiras por supuesto del cambio climático),la dignidad de los periodistas o el rechazo a la venta masiva de armas...

Gente voluntarista y sádica que agarra un rifle como si se apretara las manos para rezar llena de un hipócrita amor, que esta llena de revanchismo contra todo, casi de odio y que quiere llenar el mundo de armas y le da igual hacer daño a cuantos le rodean,que haya matanzas en los campus universitarios, el darwinismo socioeconómico y una cantidad enorme de prejuicios contra Hollywood o los medios de comunicación.

Y hay otra gente masoquista, pobre que no va a progresar nunca pero que piensa que cada uno debe progresar y pagarse su sanidad y educación, porque si él tiene cuatro miserables dólares en el bolsillo le van a quitar uno para el otro que solo tiene dos dólares y es un gorrón.

Cuando hay ideología la lealtad y el poder son hechos que importan más que la Verdad y en último término, hasta que la Justicia. Y por supuesto la gratitud y la generosidad con el que se considera adversario es imposible.Y solo un pánfilo ataca sus flechas aunque vea tanques. Guarda sus flechas para atacar en privado.

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