Helmut Schmidt,un canciller olvidado.

Nietzsche describía a líderes que trabajan duro y cuyo trabajo no cristaliza en vitriolo y que dan luz a otros y los líderes maduros que son piedras que encuentra cuando separa el barro.


Hace dos años murió Helmut Schmidt el canciller alemán de los setenta 1974-82 y fuera de Alemania la actitud fue tibia. El canciller keynesiano que se preocupó por sortear la Crisis del Petróleo y que disminuyeran las diferencias sociales en los 70 y que hizo mucho trabajo trasparente para afianzar los lazos con Europa Occidental, pero nadie le atribuyó sus grandes méritos porque no hubo un hecho glorioso ni imágenes que le engrandecieran.


Helmut Kohl se llevó ese mérito nacido de una casualidad histórica y de un país -la RFA-,POTENCIALMENTE muy bien armado. Me ha hecho sonreír esa paradoja histórica: un líder que trabajó duro y generó igualdad y salió bien parado de una Crisis Económica terrible y otro al que le cayó del cielo una gran oportunidad histórica y supo extenderla. Pero Kohl fue consciente y supo aprovechar la oportunidad, no fue un líder de Transición como de alguna manera sí fue Adolfo Suárez en España y se le aprecia por ello.

Schmidt supo salir de una Crisis sin usar medidas neoliberales, ni aumentar las diferencias sociales. En dos años han muerto dos cancilleres alemanes, Nietzsche describía a líderes que dan luz a otros y líderes maduros. Pero importa el momento. ¿ Qué comunidad política de derecho es tan solidaria económicamente como la Unión Europea nacida del trauma de la 2a Guerra Mundial y para ser una alternativa de supervivencia frente al Bloque Comunista.

Gracias a una Europa potencialmente cohesionada Kohl toda la Unión Europea se amplió al Este y mejoró, fue la época de los grandes estadistas: Miterrand, Thatcher, Felipe González y Kohl, la época políticamente más brillante desde la guerra y cuya grandeza no ha vuelto, después todo han sido burócratas grises pero también han hecho avanzar los derechos reconocidos de todos. Si uno ve «Alemania,año cero» de Roberto Rosellini o lee «Los Miserables» de Víctor Hugo, que vea de donde hemos salido.