Alicia atraída por la madriguera

Alicia atraída por la madriguera

domingo, 28 de diciembre de 2014






Un canalla es un canalla aunque tenga límites

Mientras Eduardo daba bandazos con su coche por el túnel pelado sin esmaltar chocaba contra los bordillos de rabia, porque se lo tendría que contar al Padre aunque esté le respondería con odio, con crueldad.
¿Por qué lo hacía? ¿era una forma estúpida de vengarse que lo destrozaba a él más aún? incluso cuando el Hijo no podría decirle toda la terrible verdad sino una parte.

Le temblaba el móvil en la mano como si fuera una pistola que acabara de disparar contra alguien
-La Hermana está con un hombre mucho mayor que ella. Tiene muy mala pinta.
- Seguro que esta casado y la Hija es la otra. Y me duele porque soy el Padre. Dijo cínicamente.

El Hijo no se atrevió a decirle que había estado en la cárcel varias veces pero se alegró de eso porque supuso que eso significaba que sabía buscarse la vida y defender a su Hermana que estaba sola cuidando a su madre. También había estado casado y tenía 5 hijos, el hecho de estar en la miseria y en prisión no les detenía a  tener muchos hijos, 3 de los cuáles también habían estado en prisión.

  CUANDO los conoció se maravilló de que ninguno de los tres mentía ni se quejaba de nada. Cada uno había escogido su destino y punto. Después cumplieron su deuda con la sociedad y se acabó.
Le sonreían sin dientes y él entendía que esa gente quemada por las drogas había tenido que trabajar duro y aguantar un ambiente de insultos y falta de respeto desde que nacieron.

La Hermana le dijo que tenía 15 años más que ella. Pero obviamente era mentira y el Hermano transigió y siguió la mentira,como tantas veces había hecho con el pasado de su Madre y su adicción a los Valiums. Posiblemente tuviera más de 30 años que la Hermana.

El padre soltó sus impertinencias habituales: ¡ qué inútil eres no has hecho nada para evitarlo,¿pero qué digo? tú nunca haces nada para evitar nada. Pero no era tan mala bestia como lo era habitualmente. Normalmente las vecinas hindús escuchaban a través del manos libres los insultos y el asco consiguiente a la parsimonia sin reacción conque reaccionaba. Cuando coincidían a la mañana siguiente la niña hindú vestida con túnica de colores que sabía su lengua lo miraba con cierta admiración por su estoicismo. Y la madre con una conmiseración llena de asco por comportarse impropiamente a lo que haría un hombre hecho y derecho y con cierta indiferencia. Por supuesto, en cualquier caso ni le devolvían el saludo ni le hacían el paso, porque para ellas eso era de golfas.

Pero aquella vez hasta el mala bestia de su padre usó un eufemismo, que él no entendió. Pero que sin duda no era para removerle el puñal en la cara.
Tenía pólipos, me han operado. Ahora me están haciendo quimioterapia. No sirve para nada.

Aunque no sabía qué significaba aquello miraba la espalda de los edificios despintados y muy de lejos el mar con aire shakesperiano de monólogos inconclusos, de medias verdades. Tuvo que ir a la Hermana la única que le quedaba a pesar de su odio y de despotricar contra ella para pedirle explicaciones de lo que había dicho el Padre. Aunque Hermana no sabía nada de Enfermería.

Se encontró con su cuñado en  el garaje de la casa de su hermana, acumulando motores y chatarra para alguno de sus chanchullos supuso. Allí en una esquina raspando cacerolas se encontró a la Hermana. Tenía 23 años pero estaba mucho más compacta, más mujer.

-¿ Qué significa?...
- Cáncer de estómago...

 Apretó los labios para evitar la risa. Por no perderlos papeles otra vez. Le faltaban fuerzas. Y pensó en como refreía el mismo aceite para ahorrar o en que era fumador pasivo de su nueva mujer. Y sin despedirse para que no le insultaran se dió media vuelta y se fué por fin aliviado apretando su móvil.

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