¿Hay que envidiarlo?

Conozco mi muerte de mis huesos
de la historia que cabalgo cada día,
pero no al muerto en su melancolía
ni el deseo desatado de sus besos.

El presa juega sin fe como niña
sin angustia la noche tras el fuego,
ni necesita orgías para el juego
de vivir a lo bestia en la rapiña.

El espejo rehuye como fiebre
sin saber del amigo que sin duda
iría con él de caza en la nieve.

Sin sueños el presa con hambre deambula
sin saber que lejos hay tantas liebres...
buscando la pasión que lo anula.
                   *               *              *
¿Qué importaser infeliz con lo que se ama?
¿no daría antes yo el arma a mi verdugo,
si al hierro infiel la herradura que arrugo
hasta el abismo de sangre hueco que clama?

Sé antídoto del veneno que provocas
no quiero el triunfo anónimo sin tu fuego,
puente de fuego entre cascadas de riesgo
cisnes de hielo que se derriten en bocas.

Silencio eres, cansancio que no llega
vigía hambriento de Tierras a la vista
que mi barco ardiendo sin timón navega.

Ni hallé pista falsa en tu ojo de alambrada
Dios déjame ser gloria muerta de tu lista,
llegaste y como un vaso creaste mi nada.
                        *               *               *