Alicia atraída por la madriguera

Alicia atraída por la madriguera

lunes, 19 de enero de 2015

Prestigio e intención en el Arte. 

  "¿ No es bello suponer que las megaconstrucciones no tienen intención sino tienen belleza?
¿ni que las ingenierías cuya base son las matemáticas son la base del subjetivismo?
¿ ni que la arquitectura  no se esfuerza en ser Arte a pesar de su funcionalismo, con lo poco que le costaría ser Arte?
porque lo más terrible de lo sublime es lo poco que cuesta tomárselo en serio y dejarnos volar..."


Uno ya no huye de las mujeres que le aman por prestigio sino reivindicando una intención. Hay veces que el prestigio de un autor ya supone una intencionalidad profunda, y tener intención significa que tu obra vale mucho. Acabo de leer  un relato barato "La señorita Winters y el viento" de Noble Govan y me ha impresionado su potencia metafórica que El Solterón de Kafka con una minuciosidad puntillosa que no nos lleva hacia ninguna parte, no tiene. Kafka sabe crear desolación y pesadilla¿no es eso maravilloso en comunidades tan corporativas?. El Solterón narra la vuelta a su casa de noche de un solterón incapaz de engañarse o de reaccionar, sus manías recurrentes, sus sueños que sigue teniendo porque ninguno le ha partido la cara...

Otro enamora a una mujer que lo deja todo para despreciarla haciéndose el sacrificado aunque cueste mucho de entender,como si tuviera una razón oculta que se niega a explicar.
Una obra de Duchamp como el Vidrio literalmente no vale nada sin intención, sin un armatoste teórica que te indique lo que significan las manchas o las rajas sobre el cristal.  Los Fusilamientos del dos de Mayo o muchos protagonistas de las pinturas negras de Goya valen menos que los dibujos de médicos sobre las terribles mutilaciones en la cara de soldados anónimos, y de estos autores que dibujaban con interés científico no se ha conservado ni la firma.

Pero al final uno se conforma con ser feliz con la mujer que le conviene sin enamorarla demasiado ni escribir sonetos para su mayor gloria.         Las obras no se miden por lo que son sino por lo que intentan ser, esté explícitamente en alguna parte o no esa guía. La intención viene del espectador y se fundamenta en la imaginación y no en el objetivismo.      Cuando el arquitecto Frank Gehry dice que el 98 % de la arquitectura que se hace es porquería, quizá destaque que el funcionalismo no tiene intención y por tanto no vale nada, no tiene arte, ni ingeniería...
  ¿ No es bello suponer que las megaconstrucciones no tienen intención sino tienen belleza?
¿ni que las ingenierías cuya base son las matemáticas son la base del subjetivismo?
¿ ni que la arquitectura  no se esfuerza en ser Arte a pesar de su funcionalismo, con lo poco que le costaría ser Arte?
porque lo más terrible de lo sublime es lo poco que cuesta tomárselo en serio y dejarnos volar...

Ya no es fuerza, ni aventura a través de las cataratas sino intención aunque no sepamos qué es eso.
Parece que el arte no quiere amar, sino enamorar falsamente para crearse complejos, y huir sin darnos explicaciones...

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