Me alegraré de su muerte con indiferencia,sin saber el motivo.
Esta gente que nos desprecia y a la que despreciamos
sin un motivo aparente
y vamos a morir dándonos la espalda
despreciándonos sin más.
Vecinos íntimos de un vals
de salones inhóspitos de lujo
que nos miramos como un duelo
bajo el sol sin saludarnos
cuando nos vemos en el portal.
Y así durante años.
Sí, vamos a morir y unos
despreciaran a los otros sin más
pero ellos ya se crearán sus mentiras
para regocijarse más en su odio.
Quizá con una sonrisa amarga
y una indiferencia de cómo se van los años.
Las miradas de odio fingen inteligencia.
Y sin embargo el amor en mí
me desborda rodeado de tanto odio
que me hace estar alejado de cuánto me rodea.
Mi amor ya imposible a los que me odian
es como una imaginación de estar
en otros sitios acompañado.
Los excompañeros del Instituto,
los cabrones de la Universidad
me hacen de ser feliz por cosas simples...
la luz del sol sobre el color
de la fachada de enfrente...
y ni siquiera me pregunto ¿por qué?
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