Alicia atraída por la madriguera

Alicia atraída por la madriguera

jueves, 1 de mayo de 2014


La petrolera Repsol se arranca la cara con nuestro rostro

Nos van a desahuciar de nuestras playas. Y gratis. Se han puesto el pickelhaube(el casco con pincho alemán) para decirnos la verdad.
Cuando somos jóvenes creemos que la vida puede ser extraordinaria, que todos los argumentos son posibles. Cuando ves a tus exnovias o a las que pudieron ser tus novias empujando carritos de bebés con sus parejas y que ni siquiera te saludan, te das cuenta que la crueldad del sentido común se impone una y otra vez mientras crece la selva.
Es la imaginación la que ve pero son los ojos los que despiertan y ratifican.


Es paradójico que una empresa pueda decir impunemente la verdad contra los sentimientos de una sociedad, y que un ministro del Gobierno, que aseguró que el 20 % de la producción irían para la sociedad a la que van a socavar, tenga que mentir para calmarla. Ni en el Golfo de México ocurrió.
Repsol cuenta cuentos lentamente como si fuéramos niños preguntones y pesados a los que adormecer.

Hasta ahora las empresas eran más sutiles e intentaban manejar los sentimientos de la sociedad. Como en Sudán del Sur país cristiano,en la miseria, que se acaba de independizar sin acceso al mar, gracias en parte por sus yacimientos de petróleo y porque las multinacionales sabían que podían controlar mejor así el transporte de ese petróleo a través de Sudan del Norte musulmán y Port Sudan.

En 6 siglos de historia este pueblo nunca se ha rebelado colectivamente contra nada. Contra otros sí. Como reacción contra un ataque militar concreto lejanamente, más recientemente menos.
¿ Para qué se van a rebelar contra algo que ni les iba a perjudicar ni a beneficiar instantáneamente?
Dice Heidegger que lo primero que siente el sujeto es la percepción de vivir, de estar ahí. Que se identifica con todo lo que ve mientras no lo juzga. Aquí gritamos, saltamos de rabia pero seguimos en ese estado.

Cuando hay materia prima disponible da igual que haya formas de creación de energía más limpias y novedosas. La plataforma ya esta delante de nuestra vista restregándonos la cara.
"Sería un absurdo económico que la parte marroquí explotara su petróleo y la parte española no" dice el ministro Soria y apunta "que una parte de los beneficios se quedaría en chabaCanarias.
El sistema productivo de una sociedad y su mentalidad tienen que estar en concordia. Todo no puede depender de la ansiedad por aumentar los márgenes de beneficios de una empresa.
Cuando la gente al margen del sistema productivo oye que hay una Crisis más importante que la económica piensa "esta señora tiene solucionada la vida".
 Pero hay un problema grave político de fondo: por haber formado un sistema de gobierno fácilmente gobernable hemos favorecido la uniformidad y el mantenimiento de unos intereses. Todo el mundo sabe que se explotara el petróleo. Eso genera indiferencia.
Los parlamentos autonómicos apenas tienen poder real para enfrentarse a las grandes empresas. Invocan la catástrofe del Prestige que hizo que las anchoas estuvieran rebozadas en crudo.

Dos consejeros  bien vestidos de traje y corbata en un rascacielos de la zona AZCA de Madrid viendo los porcentajes de los sondeos de las prospecciones de petróleo:

- ¿ sabes Paco tengo ganas de tener un sentimiento sublime con esta gente que se unió en la cadena? dijo el hombre alto y viejo intentado quitarse un pelito de la lengua.

- Ayer soñé con un pobre, un parado que tocaba a la puerta de Cáritas. De pronto era una enorme espalda que le daba la espalda, una espalda cuadrada. A nadie le importaba. él tenía que humillarse. Sí fuí al médico. Y me mandó por prescripción médica ser mínimamente educadopara no marginarme de los medios de comunicación del sistema productivo.

Volveremos a tener noticias cuando el juego comience. Reaccionaremos aunque sea tarde.Para coger más impulso.





El asesinato de la amante 42 años menos que él.

Mientras hacía el muro de mi finca  incrustando unos pedruscos a mazazos sobre las lascas de otras piedras a golpe decidiendo si la amaba o no, me daba cuenta lo complicado que es amar cuando a uno no le quedan fuerzas para vivir.

Posiblemente sólo conozcan mi nombre por las iniciales en los periódicos. Soy peruano de 77 años pero nunca quise ser peruano. Trabajé desde los 14 años cargando sacos de la cosecha en los campos. Pertenezco en el linaje más bajo a un familia de terratenientes sanguinarios y endogámicos.  Incluso renuncié a la nostalgia de mi  numerosa familia de bastardos en Lima. A su obsesión por robarse tierras.  A su falso orgullo que daba pena rodeado de tanta evidente miseria. Dicen que se es más listo que el hambre pero es una estupidez. El pobre apenas puede robar y es raro que escape incluso dentro del caos. Llevo el rencor y el orgullo callado de generaciones que se han matado a trabajar...
Eran serviciales y cariñosos pero me avergonzaba de ellos. Un poco de educación me había colocado por encima de ellos y volver a sus catacumbas donde pasaban las noches de los sábados me era imposible. Sus rostros simiescos, herederos de la endogamia y de campesinos indígenas semianalfabetos que no habían conseguido cambiar sus apellidos me daban vergüenza y repelús.
 No quería ayudarles a que vinieran aquí porque me avergonzaba salir a la calle o ir a la playa con ellos a jugar al voleibol como salvajes escuchando música guajira.
Evitaba pasar por la avenida de la Playa de Alcaravaneras para no tener que saludarles y darles explicaciones. Era doloroso pero tenía que ser estricto para no enfrentarme a mis sentimientos aunque hacía tiempo que deseaba que les saliera todo mal. Que se volvieran a su tierra y que me dejaran en paz para esparcir arena sobre mi pasado.

Ya había estado casado pero fué algo como animal. Una de las pocas veces que dejé mi casa de arcilla  fué para hacer un peregrinaje a la Parroquia del Pino. Cuando llegué a aquella villa con multitudes un altavoz de mi grupo llamaba mi nombre. Por un momento se me cayó la cara y fuí rápido al encargado.
Miraba con sus muletas al suelo y parecía rechizar la arenilla del suelo con la suela.
- ¿Tienes ganas de ver a la Vírgen de verdad? a lo mejor tardarás décadas en volver a verla
-No sé , no le entiendo.
-Lo siento mucho, tu madre ha muerto. Llevas 6 meses planeando este viaje. ¿Tienes ganas de quedarte con nosotros hasta mañana o quieres irte inmediatamente?
-Irme, quiero irme. Susurré desmayado sin encontrar una pared donde apoyarme, con el sol dándome en la cara que se me había puesto blanca.
La única vez que me había marchado de casa y mi madre se atragantó con un trozo de carne mientras le daban de comer. De noche en una camioneta destartalada rodeado de un terreno árido me imaginaba como debía sentirse. Tener eso dentro y no poder reaccionar, no poder sacarlo. Una muerte absurda.

Yo tenía 28 años y mi hermana cabreada conmigo porque no me hubiera establecido en la vida se encargó de mí. Le pagaba casi todo lo que ganaba en la obra. Por la noche llegaba a casa e iba a escondidas lo que había sobrado en la cacerola y no encontraba nada. Pero no me atrevía a quejarme. Ella también trabajaba. Me disgustaba pelearme con ella. Así que lo dejaba ir cayendo cada vez en un abandono en la ropa, en la limpieza del suelo que se fué llenando de cucarachas. Hasta que un día llegó un hombre de casi 60 años,renegrido y arrugado, y dijo que venía por las cosas de mi hermana.
Entonces me di cuenta que me había dejado unos días antes. No me había dado cuenta.
Así que fuí a una agencia y me casaron. Era una anciana que estaba en contacto con muchas chicas de pueblo huérfanas que quedaban desprotegidas....
                                     

                                                    *                              *                      *

Huir ante la reacción más mínima era otra característica que no había superado con los años pero Internet me ayudó. Allí no sólo no había que dar la cara tras los pseudónimos si no que había tantos foros que uno podía meterse en grescas y volver a empezar con otro apodo en el mismo. Esta cobardía no me avergonzaba a pesar de las constantes humillaciones. Me deshacía de ella más rápida que de la ropa vieja que guardaba. Y gracias a ella consiguí mi felicidad mi verdadera felicidad.
 Hace 6 años la conocí a través de una agencia por Internet. Sí...era una hermosa rubia de apellido ruso. Me enamoré de ella inmediatamente y eché a patadas mis prejuicios sobre ella, y sobre la edad. Me gustó su imagen de mujer  rubia, robusta con gesto enérgico y obediente porque siempre me había costado enfrentarme a los obstáculos que plantean  las personas. Convivimos dos semanas y se dió cuenta que era un patoso pero mi vida resuelta le convenció que era su hombre ideal.  Natiuscha tenía un profundo sentido de la familia y de la lealtad pero no muy coherente que a mí me era confuso.
Ella sólo tenía 35 años.

Sí la amaba, quedaba extenuado al darle tantas vueltas pero no podía negármelo. Por primera vez me había fijado de los árboles de la calle a través de la ventana. Sólo se ponían de verde la parte alta , por debajo estaban resecos. Deje de salir para no ver las parejas besándose ni a los jóvenes fumando porros en grupo.

 Necesita lo sublime, me compré un top como el que ella llevaba en la foto que le vi para sentir como que la conocía para la primera vez que nos encontráramos. Esperaba horas para hacerme el encontradizo en Internet para estar seguro de que no hablara con otros candidatos. Me molestó la sinceridad cuando me puso que estaba viendo varias posibilidades pero tuve que asumirlo sin responder. Estuvo hablando con un chico más joven pero estaba parado y vivía con su madre. Pero aquel sentimiento tan sublime que sentía no quería mancharlo deseando mal a nadie. Natiuscha no abusaba de mí sino que cuando notaba que yo iba en serio se comprometía.  Era una mujer hermosa de anchas caderas.

Renegrido, raquítico, con mis brazos llenos de arrugas notaba el deseo. Contemplaba satisfecho a lo lejos muchos de mis apartamientos blancos de Maspalomas que en 40 años habían quedado obsoletos bajo su propia pasión. ¿ Cómo explicar este amor sin fuerzas? ¿y encima inmoral, incorrecto?... en una época donde se defiende lo que antes era prohibido y se promueve lo débil...


Yo le hice entender que era más rico de lo que era cuando nos citamos en Barcelona. Canarias era un emporio turístico y podría vivir en un oasis de lujo con un clima tropical todo el año. Además podíamos formar una familia y yo dejaría una buena herencia. Tenía dos candidatos: un chico joven que había acabado derecho. Estaba en paro y no tenía casa propia. Dudó. Yo conseguí su móvil a escondidas y la llamé. No sabía si se enfadaría conmigo pero tenía que intentarlo. Había caído en contradicciones porque una vez le reconocí que tenía 2 casas lo que era verdad y otra que tenía un piso de apartamentos. Tenía que decir que la amaba. Que conmigo conseguiría una familia para siempre. Dudó en aquella llamada nerviosa de un minuto y medio y me colgó.   Como 40 años antes había hecho mi hermana. Entonces sólo me quedaba un día de estancia en Barcelona y tiré la toalla. Visité con pena el Tibidabo y Montjuic. Por la tarde me llamó una chica de la Agencia diciendo que había dicho mentiras obvias y que eso estaba prohibido por las normas de la Agencia.

Por la tarde recibí otra llamada en el calle:
- Hola. Sroy Natiuscha. Quiero ir contigo. Quiero estar contigo.
                                    
 Pensé hacerle una casa en el campo con vistas al mar. A veces encontraba cadáveres para remover los alrededores del alpendre. No quise informar al Ayuntamiento para que no me pararan las obras. Pero un vecino se chivó. Después vinieron unos hombres de negro con balanzas con calculadoras y una especie de ácido efervescente. La efervescencia verde parecía el brebaje de una bruja. Examinaron los cadáveres y resultó que eran recientes. Yo seguía trabajando a escondidas para  mi Natiuscha, a la que ya llamaba mi mujer ante mis vecinos. El psiquiátrico estaba cerca y mi propiedad había sido suya antes. Es probable que lo hubiesen usado de Fosa Común. Siempre he creído que la infelicidad que reinó en mi casa fue por influencia de aquellas auras.


                                            *                         *                              *

Mientras conducía con un Opel astra por la Autopista a 120 kilómetros hora, lo que más me gustaba del mundo, me sentía amargado. Como si una ampolla de azufre se derramara sobre mi pecho. Cruzaba los carriles a volantazos y aunque en el carril de la izquierda viniera algún coche de alta gama follado no me apartaba. Por lo que le obligaba a cambiar a él de carril mientras me pitaba  fuerte y me gritaba "cabrón". Por lo que mi mujer  Natiuscha daba golpetazos en el fregadero con las palmas abiertas y me gritaba que o la dejaba conducir a ella o que la bajara del coche. Veía el paisaje árido después de haber sido abandonado tras arrancar los tomateros.

 Gracias a una amiga de Natiuscha podíamos pasar gratis una semana de vacaciones en el Sur.
 Iba con un polo y unas bermudas como si fuera a comprar unos dulces a la tienda de abajo.   No podía imaginarme como solía hacer por los documentales que era un tanquista alemán que tenía que conquistar la Unión Soviética antes de 2 años para evitar que reaccionara.
 Estaba amargado por tener que pasar 10 días en un bungalow duplex de lujo con una enorme piscina en Maspalomas. Pude aparcar en un aparcamiento céntrico de zona azul a la primera. Apreté los labios y dejé mi rostro hierático de satisfacción por haber aparcado perfecto a la primera. Era zona Azul pero sólo cobraban de 9.00 a 22.00 por lo que no tendría que pagar hiciera lo que hiciera esa noche mi corazón atormentado.
Estaba rodeado de tiendas de comida de 24 horas y de imagen y sonido. Torres de apartamentos con turistas desaliñados que no parecían asombrarse de tantos letreros luminosos de colores.

Siempre tenía que aceptar por compromiso decisiones que me amargaban. Llegaba hasta el límite y daba dos grititos pero me desfallecía del cansancio. Entonces inmediatamente llegaba la reacción que era más brutal hasta 10 minutos gritándome, repitiéndome la letanía " eres un payaso de mierda, un niñato " o "guarro eres un guarro, eres un guarro"...
Entramos por un pasillo por el complejo.Se sonrió de amargura porque siempre me parecían iguales .Hasta el lujo es siempre igual: pensé.
Cuando entraba con mi mujer Natiuscha que estaba ilusionada con el regalo de su amiga vimos bajo la sombra unas cucarachas enormes al lado de los amapolas. Su mujer lo ignoró queriendo evitar una parálisis o un ay como hubiese hecho seguro en otra circunstancia. Yo las miré detenidamente y me di cuenta de que eran los capullos de amapola resecos que se había caído entre la hojarasca. Pero no dije nada para no aclararlo. Había un cierto a aroma a orina en la entrada posiblemente por la dejadez de los dueños con sus mascotas. Pero tampoco quise quejarme ante el entusiasmo de mi mujer.
No olía el olor a verde de Madrid que transpiraba el alma pero el olor a la negligencia de las personas sí.

Era un bungalow dúplex con tres piscinas comunitarias . Tenía una cocina enorme con vitrocerámica y un baño lleno de toallas limpias con armarios corredizos.  Tenía de todo menos WI-FI, necesario para compartir los escritos que guardara en el ordenador. No tenía televisión era lo único bueno. Tumbonas de plástico  para hacer el vago todo el día y descansar de hacer el vago.

Eso era lo que me atormentaba el alma el ninguneo constante a mi destino de escritor. Soy un hombre medianamente rico. La vergüenza que he tenido que pasar durante décadas ante los pocos amigos que iba manteniendo no tiene remedio. La lista de humillaciones tampoco.Nunca he tenido que trabajar, cuanto más vago he sido mejor he tenido que vestir. La gente se inventaba cualquier excusa para evitar darme la mano y me llevaba la contraria en cuanto habría la boca para hacer un chiste sobre cualquier trivialidad.


Siempre me amargaba conque yo no me esforzaba por hacerla feliz.  Que era un desgraciado, que la engañé dándole a entender que era un millonario.    Aquella noche en la que yo quería haberme quedado encerrado estaba especialmente suspicaz a sus suspiros y comentarios alusivos. Había cogido la mala costumbre de los largos suspiros pasivos. "Es natural, no puedo evitarlo"

- Pagas tú ¿no?. Bueno no me invitas ni el viaje a Rusia jajaj y le dió un ataque de risa delante del camarero.
 Ante mi cara de vergüenza el camarero  encogió los hombros y dijo - Yo no me entero de nada

Aquella noche después de volver de una terraza con espectáculo flamenco y Paquito y su teclado. No me gustan estos espectáculos

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