Como un viejo encerrado en el asilo

que se queja de que le ha estafado.

Hay recuerdos que uno no sabe donde colocar
que están lejos pero siempre a la vista
en el desierto.
Cuando tu padre te ridiculizaba
al hacerte ver lo ridículo
de los monumentos que te rodeaban.
Ahora uno tantea el círculo
de los recuerdos ciego y sin compaña
pa narrar el sortilegio del vínculo.
Murallas abandonadas que rigen
el paisaje aunque no sepa su origen.
El niño soltando otro exabrupto
orgulloso en la playa
que oyó a escondidas al adulto.
No hay velos pa las vírgenes
ni cortinas pa el sagrario
ni cascadas guardan líquenes
de los recuerdos del parvulario.
Acantilados de noche y la playa
con un monstruo lleno de tentáculos
¿dónde me escondo del sol?
qué mundo harto de espectáculos.

Recuerdos: persona de contrabando
que se esconde horas en el hueco
de las ruedas de los camiones
o entre turbinas de un yate sin puerto
de lujo para sus patrones.
Niebla al borde de autopista sin nube.
Nota encontrada sin sentido
murallas bombardeadas sin nido
pa nunca conquistar la urbe.
Perdón al tormento en los grillos
y entre  andamios noche a pajarillos
sin nombre...son una sintonía,
imprevista pa el calor que orilla
¡cuántas conjeturas entre visillos!.

Por fin olvido el negro
el barri de periferia de Madrid,
las persianas de seguridad
de las tiendas de todo a un euro.
Las calles sucias de pegatostes
y el ladrillo encostrado custodio
como caracolas que un boxeador
ciego de sangre y odio
hubiese ganado a puntos.

Este Reino de silencio es lo poco
que vivirá en las brumas.
Respetará el berrido del loco
la runa. Las ranuras
del metal dejarán soco
al humo de la cárcel.
De los andamios haz que bajen.
De lejos tus desvaríos del cansancio
los pondrá en duda un ángel
por tus peticiones cansado.

Los coches sobre las aceras
el pavimento sobre el polvo,
el lienzo sobre el caballete
mi cabeza sobre tu hombro.
Aquel hombro que no quedó
ni como un suspiro
tuvo que ser ceniza en tu frente...
¿quién lo recordará
cuando se haya ido?...