Me es indiferente. Cuando volvía por la calle paralela a la Avenida de Las Canteras me di cuenta al cabo de veinte minutos que no había mirado ni una sola vez al mar.Me era indiferente todo aquello.La profunda luz del sol sobre los cuerpos de la gente vestida veraniegamente,el ritmo de los transeúntes,o la liberación del tráfico.Solo al cabo de un rato me di cuenta del pío de un pajarillo sobre un árbol.
Me encontré con la joven leonesa que iba con la bicicleta en mano pero que no me vio y con que hubiese girado un poco su cabeza me hubiera visto,pero estaba tan concentrada en llevar su bicicleta a cuestas que no me vio para nada.
Un escritor famoso isleño dijo que lo que más le dolió fue la indolencia. No sé si por el clima,porque no nos sentimos escuchados sino abandonados,o porque creemos que la dejadez no se nota y que por nuestro trabajo mal hecho nadie paga las consecuencias. Pero sí se nota y paga las consecuencias el público: hay gente que se recorre 60 kilómetros con sus hijos y un par de bocadillos para ver una goleada contra su equipo de la que renegarán de por vida.
¿Yo estuve allí?por supuesto que no estuve allí,por supuesto que no pagué una entrada que me dolió en el pecho porque me va a costar más llegar a fin de mes. No estuve en este partido porque este partido no existió.
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